La Organización Mundial de la Salud vuelve al candelero debido a su gestión errática de la pandemia COVID-19. Camina para atrás como el cangrejo. Después de que casi todo 2020 sus autoridades nos han dicho que nos quedemos en nuestras casas para no propagar el coronavirus, ahora desaconseja las cuarentenas y deja como un campeón a Donald Trump. Al menos así lo aseguraron personalidades como Vanessa Vallejo —una editora colombiana que apoya públicamente al partido Republicano en Estados Unidos—, el 11 de octubre. Y el mismísimo Donald Trump en su cuenta oficial de Twitter como presidente de Estados Unidos, un día después.
"La OMS acaba de admitir que yo tenía la razón. Las cuarentenas están matando a los países en todo el mundo. La cura no puede ser peor que la enfermedad. Abran sus estados, gobernadores demócratas": traducción del tweet de Donald Trump del 12 de octubre
¿A qué se referían Vallejo y Trump? A unas polémicas declaraciones de David Nabarro, un médico inglés que fue aspirante a dirigir la OMS y, desde febrero de 2020, se desempeña como uno de los seis enviados especiales para la pandemia de COVID-19 designados por el organismo internacional. "Nosotros en la OMS no abogamos por las cuarentenas (o cierres de ciudades) como el principal recurso para controlar este virus. Le pedimos a los líderes del mundo que dejen de recurrir a las cuarentenas como principal método de control (de la pandemia) (...). Las cuarentenas tienen una consecuencia que nunca debemos menospreciar y es que empobrecen todavía más a la gente pobre", dijo el británico el 9 de octubre de 2020 en una entrevista audiovisual a un medio británico, The Spectator.
Afirmar que la OMS se "echó para atrás" con las cuarentenas es una manipulación. En realidad, las declaraciones del doctor Nabarro se explican por sí solas: como vocero de la OMS no desaconsejó las cuarentenas, solo recomendó no emplearlas como principal o único método de control de la pandemia. Porque hay otros métodos: por ejemplo, el rastreo y aislamiento de casos. Y mantener las campañas de conciencia entre la población sobre la importancia de las medidas de prevención y distanciamiento social.
Ha sido un dilema durante todo 2020
Esta verificación ya ha sido efectuada por medios internacionales como Newsweek, y ejemplifica un problema típico del periodismo: Nabarro dio una entrevista de más de una hora, pero esta debía ser simplificada para elaborar titulares de prensa. El médico inglés alegó luego a Newsweek que sus palabras habían sido "sacadas de contexto".
Sin ánimos de ser abogados defensores de los voceros de la Organización Mundial de la Salud, es cierto que, durante 2020, han sido consistentes al reconocer que las cuarentenas por la COVID-19 representan una grave dificultad para la economía global, aunque sean uno de los métodos para contener la pandemia. No lo dice solamente la OMS, sino instituciones como el Banco Mundial, que en junio pronosticó la peor recesión global desde la Segunda Guerra Mundial.
Mike Ryan, jefe del departamento de Emergencias de la OMS, alertó en mayo de 2020 que se necesitaba una "extrema vigilancia" al levantar las medidas de confinamiento. Pero Tedros Adhanom Ghebreyesus, el médico etíope, director general del organismo durante el comienzo de la pandemia, también declaró el 21 de agosto de 2020, por ejemplo: "Las llamadas cuarentenas han permitido a muchos países suprimir la transmisión y quitar presión a sus sistemas de salud. Pero las cuarentenas no son una solución a largo plazo para ningún país (...) No necesitamos escoger entre salud y economía. Es un falso dilema. La pandemia es un recordatorio de que salud y economía son inseparables".
Tan temprano en 2020 como el 3 de abril (23 días después de la declaratoria de pandemia), un comunicado conjunto de la OMS y el Fondo Monetario Internacional ya advertía que elegir entre salud y economía era un "falso dilema", porque se necesitaba proteger ambas cosas
"Las pruebas, el aislamiento y el rastreo de contactos son la columna vertebral de la respuesta contra la COVID-19": ya el 16 de marzo de 2020, Tedros Adhanom Gebreyesus declaraba de manera similar a Nabarro
"El trastorno económico y social causado por la pandemia es devastador: decenas de millones de personas corren el riesgo de caer en la pobreza extrema, mientras que el número de personas desnutridas, que actualmente se estima en casi 690 millones, podría aumentar hasta 132 millones para el final de 2020 (...). Casi la mitad de los 3.300 millones de trabajadores del mundo corren el riesgo de perder sus medios de vida. Los trabajadores de la economía informal son particularmente vulnerables porque la mayoría carece de protección social y acceso a una atención médica de calidad. Los cierres de fronteras, las restricciones comerciales y las medidas de confinamiento han impedido que los agricultores accedan a los mercados, incluso para comprar insumos y vender sus productos, y que los trabajadores agrícolas cosechen cultivos", reiteró un comunicado conjunto emitido por la Organización Mundial de la Salud, la Organización de la ONU para la Alimentación, la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, emitido el 13 de agosto de 2020, poco antes de la polémica por las palabras de Nabarro. El comunicado hizo un llamado a repensar la economía global no solo por la pandemia, sino ante el reto del cambio climático.
Sirven para "ganar tiempo" en los hospitales
"La justificación de una cuarentena es ganar tiempo para reorganizar, reagrupar, reequilibrar los recursos y proteger a los trabajadores de la salud que están agotados (...). Las cuarentenas nacionales no deberían ser la medida por defecto que se aplique contra la pandemia, pero las restricciones de movimiento pueden estar entre una variedad de medidas que los gobiernos deben evaluar en ciertas regiones de sus países. Debemos implementar una gama de medidas de salud pública efectivas para prevenir la transmisión: higiene de las manos y vías respiratorias, distanciamiento físico, uso de mascarillas, quedarse en casa si uno se siente enfermo y tener sistemas robustos para realizar pruebas, rastrear y aislar casos y posibles contactos", dijo también Nabarro en su entrevista del 9 de octubre de 2020.
Por supuesto, todo esto es difícil de resumir en un titular de una noticia. Pero la realidad es que, en análisis estricto de sus palabras textuales, el vocero de la OMS no "echó para atrás" las cuarentenas —el organismo mundial no puede imponer medidas a países soberanos, de hecho—, ni las desaconsejó, ni tampoco le dio "la razón" a Donald Trump por haberse opuesto a cerrar ciudades en Estados Unidos. Simplemente pidió que los confinamientos no sean la única ni principal medida de control de la pandemia, debido a su huella económica, aunque las otras también representen costos considerables (asegurar recursos para higiene personal y test masivos, entrenar personal para rastrear contagios, invertir en campañas de prevención, etc).
Conclusión
Aunque David Nabarro no haya hablado a título personal, sino a nombre de la OMS como vocero autorizado, e hiciera algunas declaraciones controversiales si se sacan con pinzas ("nosotros en la OMS no abogamos por las cuarentenas como el principal recurso para controlar este virus"), el doctor británico no recomendó "echar para atrás" los confinamientos. Solo pidió priorizar otras medidas de control y prevención. Tampoco terminó por "darle la razón" al presidente estadounidense Donald Trump en cuanto a darle prioridad a la economía. Durante 2020, la OMS ha sido más o menos consistente en cuanto a admitir que tanto la salud de los ciudadanos como la recesión global por la pandemia representan un doble reto.