¿Para qué sirve analizar las narrativas de desinformación que impulsó —principalmente— el gobierno de Nicolás Maduro antes, durante y después de las primarias de 2023, cuando estamos a escasas semanas de las presidenciales? Además del registro académico e histórico, de aquellos polvos vienen estos lodos: muchas de esas narrativas sobre la oposición de Venezuela, con empaques ligeramente diferentes, se repiten antes de las elecciones del 28 de julio de 2024.
Por eso es importante revisar el Informe Primaria Venezuela 2023 (descargable en PDF) que acaba de presentar el Observatorio Complutense de Desinformación de la Universidad Complutense de Madrid (España). El documento contó con EsPaja.com como partner verificador —se analizaron 86 casos de desinformación entre el 19 de febrero de 2023 y el 11 de noviembre de 2023— y fue elaborado bajo la coordinación de los profesores Carmen Beatriz Fernández (UCM) y Tony Frangie Mawad (de la venezolana Universidad Monteavila, a su vez partner académico).
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Las elecciones primarias del 22 de octubre de 2023, en las que se impuso María Corina Machado con 92,35% sobre una base de 2.440.415 electores, fueron autogestionadas por la opositora Plataforma Unitaria. El 2 de junio de ese año, la organizadora Comisión Nacional de Primaria solicitó asistencia técnica al Consejo Nacional Electoral, pero la respuesta del Poder Electoral —presidido por el excontralor Elvis Amoroso desde agosto— solo llegó el 22 de septiembre, apenas un mes antes de la fecha convocada parta los comicios.
La investigación del Observatorio Complutense de Desinformación de la UCM, sobre la base de las verificaciones de EsPaja.com, detectó cinco narrativas principales de distorsión del discurso público sobre las primarias.
Algunas de ellas vuelven a ser familiares en 2024, con el formato adaptado a las presidenciales, en las que un diplomático (Edmundo González Urrutia) ha asumido la candidatura de la Plataforma Unitaria ante la inhabilitación de Machado y otros obstáculos lanzados a la vía electoral desde las instituciones oficiales.
Por ejemplo, la supuesta asociación de la oposición venezolana con planes violentos y/o conspirativos —sin pruebas que lo sustenten—; la percepción de esa oposición como una especie de «nido de serpientes» dividido por pugnas internas y rivalidades personales—; el presunto desconocimiento de la voluntad popular expresada en el voto; o una Plataforma Unitaria «teledirigida» por poderes extranjeros.
Citamos textualmente las narrativas de desinformación detectadas en el informe:
1. La primera busca consternar a la población al mostrar a la primaria como un evento catalizador de violencia, usualmente opositora. Esta narrativa fue principalmente impulsada por el chavismo, que afirmó que María Corina Machado buscaba asesinar al presidente Nicolás Maduro, exterminar a los chavistas o generar nuevas oleadas de protestas insurreccionalistas similares a las de 2014 y 2017. De hecho, Diosdado Cabello incluso dijo que esta nueva ola de violencia de calle se llamaría "La Revuelta", en alusión alas protestas conocidas como "La Salida" impulsadas por Machado y Leopoldo López en 2014. Sin embargo, hubo consternación en cuanto a violencia que no necesariamente provino del chavismo: se afirmó, con videos de varios años atrás, que grupos de colectivos habían disparado contra Machado y que se estaba gestando un alzamiento militar para evitar el triunfo de Machado –narrativas, quizás de sectores radicales de la oposición o de elementos del chavismo haciéndose pasar por estos sectores, que parecen quererdesmeritar la estrategia electoral–.
2. Similarmente, se buscó desmotivar la participación electoral de los venezolanos opositores al generar desconfianza y zozobra sobre el proceso. Se hicieron audios donde presuntamente se admitía poca participación, se generaron bulos sobre la incapacidad logística y técnica de la Comisión Nacional de Primaria como también sobre la supuesta renuncia tanto de su directiva como de una cantidad mayor de miembros de las juntas regionales de los que realmente renunciaron. Más importante, se habló de la supuesta creación de una nueva “lista Tascón” similar a la que se creó luego del referéndum del 2004 –es decir, la revelación de los datos de quienes participaron para ser usado para discriminar políticamente y perseguir opositores– lo cual claramente buscaba intimidar y aterrorizar a la población opositora.
3. Otra narrativa recurrente fue exagerar las divisiones entre la oposición hasta mostrarla como una coalición incapaz de llevar un proceso de forma unitaria. Esto también incluyó promover supuestos insultos entre precandidatos y realzar narrativas de sabotajes y ataques por parte de otros candidatos para ser descritos como “traidores” o “colaboracionistas” con el chavismo. Estas narrativas fueron promovidas desde distintos sectores, tanto a detrimento de la oposición en general como de candidatos específicos, y consistieron principalmente en ataques personales.
4. Una última narrativa recurrente fue extranjerizar a la oposición: mostrándola como servil a los intereses de Estados Unidos o títere de este país, sus aliados occidentales o sus grandes empresas. Esta narrativa, impulsada activamente por el chavismo, tuvo varios elementos: desde acusar a los precandidatos de tener intereses contrarios a la República (por ejemplo, ligar a la familia de Machado con la conquista británica del Esequibo o acusarla de buscar ganar las primarias para vender PDVSA a lobbies republicanos) como también acusarlos y al proceso electoral de ser financiados por intereses extranjeros –Delsa Solórzano recibiendo financiamiento alemán, por ejemplo, y el proceso entero de la primaria siendo financiado por la petrolera estadounidense Exxon Mobil que opera en las aguas disputadas con Guyana–. Incluso, se editó un video de Machado para que pareciera que celebró su victoria de la primaria con el himno de Estados Unidos: es decir, como un agente de otro país. Acusar a la oposición de operadores de intereses "imperialistas", acusándola de "apátrida" o "pitiyanqui", ha sido un elemento recurrente en el discurso chavista desde la llegada al poder de Hugo Chávez.
5. Finalmente, y particularmente una vez que concluyó el proceso, el chavismo y miembros de las "oposiciones leales" cercanas al PSUV acusaron infundadamente a la primaria de ser un evento fraudulento. Sin evidencia, el chavismo dijo que solo entre 500.000 y 600.000 personas habían participado, que la ONG electoral Súmate –que Machado dirigió en el pasado– había sido la operadora del fraude, que no habían habido multitudes votando en las calles, que la elección había sido una violación de datos y que resultados y tiempos de votación eran inconsistentes. Además, se hicieron ataques personales contra miembros de la Comisión Nacional de Primaria e incluso se afirmó falsamente que admitieron el presunto fraude. Esta narrativa posteriormente fue utilizada para judicializar el proceso, iniciar investigaciones penales contra los miembros de la CNP e incluso arrestar temporalmente a Roberto Abdúl: miembro de la Comisión y director de Súmate, a quien también se le acusó de ser un operador de la ExxonMobil como también se hizo a algunos miembros del equipo de Machado.
«La acción de los verificadores y su comunicación con la entidad electoral fue capaz de abortar episodios de desinformación, antes de que tuvieran mayor alcance», señala el informe con respecto al desempeño de EsPaja.com —y otros actores de verificación y fact-checking— a lo largo del proceso de las primarias.
Foto de portada: Matias Delacroix, AP News