Con la colaboración de Jesús Urbina
Es 13 de octubre de 1972: el vuelo chárter 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya —en una aeronave Fairchild FH-227D— sale de Montevideo (Uruguay) con destino a Santiago de Chile. Los 40 pasajeros, que viajan con cinco tripulantes, son integrantes de un equipo uruguayo de rugby aficionado, el Old Christians Club, o seres queridos de los deportistas. Debido al mal tiempo y a un error del copiloto, el avión se precipita en un punto de los Andes argentinos, a 3.570 metros sobre el nivel del mar. 72 días después, el 23 de diciembre, apenas 16 sobrevivientes —todos del sexo masculino— son rescatados. Las cuatro mujeres a bordo del vuelo fallecieron.
La llamada "Tragedia de los Andes" (o "Milagro de los Andes") pasará a la historia como un relato real e inspirador de resistencia y apego a la vida, que llegó incluso a Hollywood. Pero para otras personas, también como sinónimo de horror. Con las raciones de alimento agotadas, los sobrevivientes incurrieron en antropofagia: comieron restos de los pasajeros y tripulantes que habían fallecido debido al propio accidente, las heridas sufridas en este último o un alud posterior que sepultó el avión. "¡Qué Dios los perdone!", tituló entonces un medio sensacionalista chileno.
Las fotos del antes y el después
Desde 2020 ha circulado un juego de fotos que muestra el presunto antes y después del valle del "Glaciar de las Lágrimas" (bautizado así a posteriori), en el lugar del accidente de los Andes. Hoy suele ser un punto de peregrinación para montañistas. Las imágenes se han difundido en redes sociales como una supuesta prueba del calentamiento global, el cambio climático y el derretimiento de hielos permanentes en varias partes de la Tierra:
Te lo explicamos: una única fotografía, por sí sola, no puede probar la dimensión del cambio climático en un lugar específico de la Tierra. Sería necesario un estudio científico en el lugar de los hechos y que abarque un período temporal amplio. Las comparación de ambas fotos no es exactamente una "demostración" del calentamiento global. Pero esto no quiere decir que el problema no sea real. Por otra parte, las dos fotos sí corresponden al mismo punto geográfico.
Una teoría difícil de refutar
Guillermo Arturo Prieto, mejor conocido como "Pirry" y un popular presentador de TV y documentalista en Colombia, es uno de los que ha difundido el juego de fotos (22 de julio de 2020): "Y pensar que hay gente que no cree en el cambio climático", reflexionó en Instagram.
Las imágenes también han rodado en Twitter o Facebook, con mensajes que generalmente alertan sobre el calentamiento del planeta por la acumulación de gases de efecto invernadero.
Hacia 2021, pocas personas con hábitos saludables de información ponen en duda la certeza de la teoría de un cambio climático provocado por la actividad humana, con graves consecuencias incluso en tiempo presente. A menos que usted se trate de un negacionista y creyente en conspiraciones. Véase el alarmante informe del panel de expertos de la ONU que se emitió en agosto de 2021.
Sin embargo, un juego de dos fotos tipo antes y después no "demuestra" por sí solo las consecuencias de este grave trastorno global. Necesitamos mucha más información sobre el momento exacto en que se captaron ambas imagenes, especialmente la segunda, así como un estudio prolongado de las caractéristicas de todo el espacio circundante, incluyendo sus hielos perpetuos (que forman los glaciares).
Al fin y al cabo, es el estado de estos últimos los que nos pueden dar pistas del cambio climático, pues las precipitaciones aisladas (nevadas heladas) pueden ocurrir en invierno e incluso en verano, con o sin calentamiento global.
Pero estas dos fotos comparables sí sirven para que el gran público tome conciencia de un problema que no es un cuento de camino.
¿Dónde está el fotógrafo?
La foto superior se tomó en enero de 1973, es decir, unas semanas después del rescate de los sobrevivientes, y es de autoría de la Fuerza Aérea Uruguaya. Eso está fuera de duda: de hecho es la misma imagen que se usó en la portada de uno de los libros autobiográficos sobre la tragedia. Debe recordarse que, en el hemisferio Sur de la Tierra, enero es un mes de verano.
La pieza que despierta más incertidumbre en este juego de imágenes es la mitad inferior, presuntamente la más reciente y correspondiente a enero de 2020 (así se indica en este tweet).
Ninguna de las fuentes conocidas que ha publicado esta segunda panorámica indica su fecha, autor u origen exactos, como debería corresponder a una investigación de tipo científico, pues estamos hablando de cambio climático, no solo de comparar paisajes.
El equipo de EsPaja.com, hasta el momento de esta publicación, tampoco ha conseguido la respuesta a dos preguntas cruciales: quién tomó la foto inferior por primera vez y cuándo.
De lo que no parece quedar duda es que el lugar y la perspectiva de ambas fotografías son los mismos: así lo concluyó una geolocalización efectuada por EsPaja.com con ayuda de herramientas como Google Earth y de proyecciones virtuales de los alrededores del llamado "Glaciar de las Lágrimas":
"La interpretación climática es discutible"
La aplicación Google Earth tiene una función que permite recrear las condiciones climáticas de un lugar geográfico de manera similar a como se vieron en una fecha pasada especifica. Una de las conclusiones del equipo de EsPaja.com es que, durante el verano del hemisferio Sur, en este lugar puede haber o no heladas ocasionales. Sin embargo, esto no tanta relación directa con la "salud" de los glaciares, que son masas de hielo que generalmente no se derriten en verano.
Las siguientes imágenes de Google Earth recrean las condiciones aproximadas de la perspectiva de la foto en diciembre de 2007 y diciembre de 2013. Como se observa, en el mismo mes veraniego (pero en años distintos), puede haber o no un paisaje en blanco:
"El par de fotos parece genuino y todo sugiere que se trata del valle del 'Glaciar de las Lágrimas', pero tal vez no sean la forma más precisa de ilustrar el impacto del cambio climático en la zona", indicó a EsPaja.com, a través de correo electrónico, Pierre Pitte, geógrafo y doctor en Ciencias Geológicas del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA-CONICET).
Agregó Pitte:
"En la foto se aprecian varios aspectos reconocibles en ambas fotos. El cerro en el fondo, probablemente El Sosneado, y los afloramientos de roca en ambas laderas del valle coinciden.
La interpretación climática es más discutible. La zona tiene glaciares de tamaño mediano (varios km2), pero para apreciarlos bien usualmente las fotos se toman hacia la montaña, en lugar de hacia el valle (en este caso deberían mirar al oeste en lugar del este).
Recordemos que los glaciares son acumulaciones de nieve y hielo perennes (que duran varios años). En la parte inferior de los glaciares (zona de ablación) aflora el hielo glaciar que usualmente se ve azul o gris. Hay que diferenciar esto de la nieve estacional, que usualmente se ve blanca.
La mayor parte de las superficies blancas de la foto superior corresponden a nieve estacional y no a glaciares. En las zonas de alta montaña de los Andes, la nieve estacional (que cae en invierno y se derrite en verano) cubre la totalidad de los valles unos meses y luego se derrite.
Por lo tanto, para comparar el estado de un glaciar es ideal que las fotos sean tomadas en momentos donde la cobertura de nieve estacional sobre los glaciares sea mínima (verano). De otro modo, los cambios en la nieve estacional, que cubre los glaciares en invierno (pero también puede hacerlo en otro momento del año) puede enmascarar los cambios reales en los glaciares.
Los glaciares de la cuenca del río Atuel, donde se encuentra el valle del 'Glaciar de las Lágrimas', han perdido decenas de metros de espesor en las últimas dos décadas. Le adjunto un mapa basado en un trabajo científico reciente (nota de EsPaja.com: es una investigación por suscripción) que ilustra este proceso. Lo refiero a ese trabajo que ha documentado la creciente pérdida de hielo glaciar a lo largo de todos los Andes entre los años 2000 y 2018.
En resumen, el cambio climático ha tenido un efecto dramático en la zona y el par de fotos puede ser de utilidad para comunicar este mensaje. Pero, técnicamente, los glaciares no son fáciles de identificar en esas tomas".
Lucas Ruiz, también doctor en Ciencias Geológicas y experto en glaciares del IANIGLA-CONICET, llegó a una conclusión similar, tras ser consultado vía e-mail por EsPaja.com: "Los glaciares han cambiado muchisimo entre 1970 y 2020. Por ejemplo este glaciar en particular se ha cubierto con detritos (desechos solidos) como se puede ver en la foto más reciente, pero no ha desaparecido, el hielo esta bajo la capa de sedimentos. La comparación (de ambas fotos) no es valida directamente".
"El glaciar ha descendido mucho"
El grupo de Facebook Re-Viven! La tragedia de los andes - El milagro de los Andes (con más de 11.000 integrantes) es quizás el más completo de su tipo en la red social. Un miembro de EsPaja.com hizo una publicación (08/09/2021) para preguntar por las fotos y generó una interacción de interés, cuyos comentarios pueden revisarse aquí.
A través de esta interacción, EsPaja.com llegó a personas que, si bien no son exactamente científicos, conocen ampliamente la zona. Como Miguel Merlo, nativo de Mendoza (Argentina) y encargado de organizar expediciones a la montaña a través de la empresa Cabalgatas El Sosneado. Afirma que ha visitado más de 100 veces el lugar del accidente de 1972:
"No soy un especialista (en clima), pero sí tengo una trayectoria... Hemos subido muchas veces hasta ese lugar. El glaciar ese, desde que yo lo conozco, más o menos treinta y pico de años, ha descendido mucho. Ha descendido mucho y no solo ese, hay otros glaciares. En el caso del Glaciar de las Lágrimas, justamente muy conocida esa caldera (volcánica) por el accidente de los chicos del Uruguay... pero tenemos otros glaciares que están en descenso y algunos han desaparecido. Una de las cosas que ha pasado también en los últimos años es que (también) han mermado mucho las nevadas"
Miguel Merlo a EsPaja.com, a través de llamada telefónica
"Es tal cual como se muestra en la foto", señaló por mensajería de Facebook a EsPaja.com el coordinador del grupo Re-viven, Alexis Scarantino, residenciado en Buenos Aires. "Incluso hoy en día está mas derretido todavía. Fui al valle varias veces. Hace 20 años el suelo glacial estaba mucho mas arriba".
Gabriel Cabrera, ingeniero de Argentina y también experto en glaciares, participó en la conversación:
Soy glaciólogo, instructor de supervivencia y guía de montaña. Acompañé a Nando (Fernando) Parrado (sobreviente de la tragedia de 1972) en 1988 cuando él, que ha había ido dos veces antes a caballo, quiso hacerlo a pie. En 1995 llevé a un grupo de 12 de los 16 sobrevivientes. Durante 25 años guié varias veces al sitio a diversos grupos, varios de ellos con sobrevivientes y sus familias y amigos —Nando, Tintín (Antonio Vizintín), Roy (Harley)... En todas esas veces tuve la oportunidad de apreciar el descenso de la superficie glaciaria y cómo fue cubriéndose de detritos (rocas). Estimo que debe de haber descendido unos 35-40 metros en 25 años, por lo cual no es exagerado suponer una pérdida de por lo menos 50 metros desde el accidente de 1972.
Conclusiones
- Ambas fotos, casi con total seguridad, corresponden al mismo espacio geográfico: una de las perspectivas del lugar donde se precipitó el vuelo chárter de la Fuerza Aérea Uruguaya en 1972
- Sabemos que la foto superior es de enero de 1973 y que en ese momento el paisaje era predominantemente blanco, a pesar de que diciembre corresponde al verano en el hemisferio Sur
- Necesitamos información sobre la segunda foto (presuntamente tomada en enero de 2020, pero sin pruebas firmes de ello) que aparentemente no está disponible de manera pública en las fuentes consultadas
- Un geólogo experto en los Andes argentinos consultado por EsPaja,com (Pierre Pitte) indica que en lugares como el valle del "Glaciar de las Lágrimas" puede haber nevadas o heladas en invierno e incluso en verano —como lo muestra la foto de enero de 1973—, pero esto no nos permite sacar grandes conclusiones sobre el estado de los glaciares (que son masas congeladas más permanentes, y nos dan mayores pistas sobre la evolución del cambio climático)
- La perspectiva de ambas fotos no es la más adecuada para saber el estado para 2020 o 2021 del "Glaciar de las Lágrimas". Necesitaríamos otras imágenes de todo el lugar circundante, así como estudios científicos sostenidos en el tiempo.
- Pero las fotos sí sirven para generar conciencia en el público común sobre un problema global que, casi sin ninguna duda, es totalmente real: el cambio climático.
- Como relatan visitantes frecuentes de la zona del accidente y los propios científicos consultados, parece un hecho cierto e irrebatible que el "Glaciar de las Lágrimas" y otros glaciares de los Andes —incluso en Venezuela— se han visto seriamente mermados por el calentamiento del planeta.