El Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces) promociona en sus redes sociales desde el 23 de enero de 2023 nuevos programas que se dictarán de manera online, entre estos, incluyó -aunque luego borró- el de reportero, una ocupación que deben desempeñar los periodistas graduados en una universidad. El Inces otorga un certificado como técnico profesional.
"Fórmate y certifícate como reportero (a). Consulta e inscríbete en inces.gob.ve", se leía en una publicación en Instagram y Twitter que ya fue eliminada por la polémica que generó.
El domingo 29 de enero EsPaja hizo una captura de imagen con los nuevos cursos formativos que ofrecía el Inces.
Uno por día, desde el 23 de enero, el Inces los había posteado dando a conocer su oferta programática. El post en el que se anunciaba la formación de reporteros se colgó el sábado 28 tanto en Instagram como en Twitter. Posteriormente se sumaron el de editor, diagramador y analista de información digital.
Para justificar el programa de formación de reportero, el Inces -en respuesta a usuarios en Twitter- señaló que era una ocupación laboral tanto en la Clasificación (Internacional Uniforme de Ocupaciones) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como en la del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo cual es cierto, pero... en ambos casos los reporteros son profesionales del periodismo, profesión que en Venezuela está normada por una ley específica.
El Colegio Nacional de Periodistas rechazó la pretensión del Inces desde el 29 de enero, a través de su secretario general seccional Caracas, Edgar Cárdenas.
Y tras el debate que se abrió en redes sociales, el presidente del CNP, Tinedo Guía, ofreció una rueda de prensa el 1 de febrero en la que leyó el comunicado enviado por la organización al presidente del Inces, Wuikelman Ángel Paredes.
Carta abierta al INCES
[email protected]
Caracas, 30 de enero de 2023
Estimado señor
Dr. Wuikelman Ángel Paredes
Presidente del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista
Su despacho.-
Reciban usted y su equipo un saludo del Colegio Nacional de Periodistas, por medio de su Junta Directiva Nacional.
Recientemente, notamos con preocupación que desde la página web y sus redes sociales, el instituto que usted dirige está promocionando un curso técnico profesional (así lo califican) en línea para la formación de reporteros y de editores, dirigido a todo público. Observamos que para acceder a ese curso en línea, de tres meses de duración, el participante no necesita tener ninguna formación previa y que puede hacerlo a partir de los 14 años de edad.
Revisamos la oferta educativa del Inces y vemos que hay elementos de formación en el área del periodismo conducente a la entrega de un certificado técnico profesional.
En virtud de todo ello, el Colegio Nacional de Periodistas le solicita que nos aclare, a nosotros y a la ciudadanía en general, cuál es el alcance de esa propuesta de curso, pues según lo brevemente expuesto en las redes sociales pareciera ir en sustitución de una carrera universitaria regida por la Ley del Ejericio del Periodismo, nacida en 1972, reformada en el año 1994, y que ha sido ratificada en el 2004 por la Asamblea Nacional de entonces.
Usted como abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y como doctor en Psicología Social de la UNESR, sabe que hay áreas sensibles en la vida de un país entre las que se halla la comunicación social y el ejercicio del periodismo. De ahí, que nuestro país decidió y ha mantenido esa decisión a lo largo de los últimos 50 años, que para ejercer profesionalmente hay que ser egresado de una universidad nacional reconocida y estar inscritos en el CNP y en el Instituto de Previsión Social del Periodista (Artículo 2). Ello implica haberse formado en diferentes áreas del conocimiento como historia, psicología social, opinión pública, régimen jurídico, técnicas de investigación, entre otras, pero sobre todo en el área de la ética y las buenas prácticas profesionales. La inscripción en el CNP implica que el periodista es, ante todo, responsable de lo que dice, por ello sometido a escrutinio y sanción cuando se faltare al Código de Ética del Periodista Venezolano, por medio de las distintas instancias seccionales y nacionales de sus tribunales disciplinarios. La ley contempla asimismo que el ejercicio ilegal de nuestra profesional (Art. 39) se pena con prisión de tres a seis meses.
Esa misma ley, en su artículo 3, describe las funciones propias del periodista venezolano de la siguiente forma: «Son funciones propias del periodista en el ejercicio de su profesión la búsqueda, la preparación y la redacción de noticias; la edición gráfica, la ilustración fotográfica, la realización de entrevistas periodísticas, reportajes y demás trabajos periodísticos, así como su coordinación en los medios de comunicación social impresos, radiofónicos y audiovisuales, agencias informativas, secciones u oficinas de prensa o información de empresas o instituciones públicas o privadas (omissis)». De ahí que las actividades que se hacen como reporteros y editores caen dentro de las asignadas al periodista venezolano.
En momentos en que la sociedad se ve bombardeada de bulos, informaciones falsas, de memes que frivolizan los problemas sociales, de discurso de odio imbuido en una declaración, en irresponsables disfrazados de voceros, en un manejo frenético e irresponsable de la información, que distorsiona la percepción que todos tenemos de la realidad, es cuando más se necesitan profesionales responsables en continua formación para que la sociedad venezolana tome decisiones basadas en información relevante y de calidad.
Como periodistas y como ciudadanos, nosotros creemos que enseñar nociones de periodismo es importante para que el público sepa distinguir entre un charlatán y un profesional, sepa discernir qué información es relevante para su vida y cuál no, así como también el conocimiento de los límites y restricciones legítimas del ejercicio de la Libertad de Expresión, según los tratados y convenios internacionales firmados por Venezuela a lo largo de su vida republicana. Incluso, respaldamos la enseñanza del correcto uso del lenguaje y de la redacción, como parte de la formación general de la ciudadanía. De allí, que apoyamos la inclusión de estos contenidos en el sistema educativo nacional y en los programas de periodismo escolar o comunitario, cuyo ejercicio está permitido por la ley que nos rige a los comunicadores sociales (parágrafo único del Artículo 3).
Por ello, el Colegio Nacional de Periodistas, en nombre de sus 26 mil agremiados, le solicita respetuosamente que le aclare al público general cuál es el alcance del curso que ustedes proponen y en qué faculta al egresado la obtención del título.
En el entendido de que el apego a la Ley es lo que garantiza la paz y el progreso de todas las sociedades, esperamos su respuesta.
Cordialmente,
Junta Directiva Nacional del Colegio Nacional de Periodistas.
El mismo 1 de febrero, el diario La Calle publicó una entrevista con el ministro de Cultura, Ernesto Villegas (periodista de profesión), a propósito del curso de reportero del Inces. Y en ella dijo: "Entiendo que fue un error que ya se subsanó, pero tendrías que confirmarlo con voceros de esa institución".
Aquí parte de la conversación con periodistas de La Calle (Puede leerla completa cliqueando sobre la imagen).
Como lo reconoce Villegas, el ejercicio profesional del reporterismo está amparado por la Ley de Ejercicio del Periodismo.
El artículo 3 de la Ley de Ejercicio del Periodismo enumera las funciones propias del periodista para ejercer la profesión y el reportero profesional egresa de las universidades con un título. Entonces ¿Puede el Inces formar reporteros? No debería por los argumentos presentados por el CNP y reconocidos incluso por el propio Villegas (vocero gubernamental).
De acuerdo con el plan de estudio diseñado por el Inces, las materias a impartir son algunas de las que se ven en la carrera de Comunicación Social que forma a periodistas, que se gradúan con el título de licenciados.
El Inces ofrece un certificado de técnico profesional, pero un reportero es una persona que ha estudiado periodismo en una universidad, no en una institución no reconocida por la ley que rige la materia.