Las categorías en las que se dividen las personas que cambian su lugar de vida suelen estar bien delimitadas. Un migrante busca mejores condiciones de vida. Un refugiado sale de su país de origen "por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional" (ONU). Un desplazado es forzado a dejar su residencia por motivos similares a los del refugiado, pero sin salir de su país: se sobrentiende, en el lenguaje de las relaciones internacionales, que se trata de un desplazamiento interno. Un solicitante de asilo es alguien que ha pedido formalmente protección internacional. Un apátrida está en una situación en la que no es considerado ciudadano de ningún país: por ejemplo, el hijo de un refugiado que no es reconocido en su país de nacimiento.
El 20 de junio se celebra el Día Internacional del Refugiado, y en su informe de Tendencias globales de desplazamiento forzado 2019 (presentado el 18 de junio de 2020), la Agencia para los Refugiados de ONU (Acnur) incluye una categoría migratoria exclusiva para un país: se llama "desplazados en el extranjero" y solo se usa para 3,6 millones de venezolanos.
En rigor, esta nueva categoría se introdujo a partir del informe de Acnur de 2018 (publicado en 2019), pero en 2020 es la primera vez que aparece representada de manera separada en los gráficos oficiales de la agencia de ONU junto a las otras clasificaciones habituales (refugiados, desplazados internos, solicitantes de asilo).
Página 7, Tendencias globales de desplazamiento forzado 2019 de Acnur
Página 23, Tendencias globales de desplazamiento forzado 2019 de Acnur
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¿Qué es un "desplazado en el exterior"? Un tipo de refugiado que, debido a un tecnicismo, no puede ser denominado bajo esa categoría. De hecho, en varias de las estadísticas de Acnur, los 3,6 millones de "venezolanos desplazados en el exterior" son comparados con los refugiados de países como Siria, Afganistán, Sudán del Sur o Birmania. Lo que podría tratarse de un nuevo tipo de discriminación adicional para las que ya padecen estos migrantes forzados a salir de Venezuela: son refugiados, pero no se les reconoce internacionalmente como tales.
Esta paradoja venezolana ya fue resaltada en un artículo de The New York Times del 20 de junio de 2019, Día Internacional del Refugiado: "La singularidad del caso venezolano es tal que el epígrafe 'Venezolanos desplazados en el extranjero' aparece en el glosario del informe de Acnur junto a las categorías generales de 'refugiados' o 'desplazados internos'. Todo indica que la lectura del planeta en clave migratoria debe revisarse. El triángulo que dibujan Asia Central (refugiados afganos), Oriente Medio (refugiados sirios) y África subsahariana (refugiados sursudaneses y de otros países) exige que también se hable del continente americano (...). Es quizá el máximo exponente de una realidad cada vez más abrumadora: se necesitan nuevas figuras de protección internacional, nuevas fórmulas, para asistir a estas poblaciones".
En Siria hay una guerra civil desde 2011. En Afganistán, desde 2001. Sudán del Sur se independizó en 2011 y tuvo un conflicto interno entre 2013 y comienzos de 2020. En Birmania hay un genocidio en curso —calificado como tal por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU— contra la minoría musulmana Rohingya, entre otros conflictos. ¿El hecho de que en Venezuela no haya habido un conflicto armado convencional es lo que convierte a sus migrantes forzados en refugiados sin nombre? ¿O se trata de un nuevo ejemplo de la influencia del régimen de Nicolás Maduro en la diplomacia internacional, escenario en el que suele contar con el apoyo de aliados como Rusia, China y el bloque de los no alineados?
Mariano de Alba, abogado y experto en relaciones internacionales, no lo ve así. "Esa categorización (de la Acnur) responde a la realidad de que la gran mayoría de las personas que han salido por Venezuela no son reconocidas como refugiados por los gobiernos de la región. A los refugiados les asiste la Convención del Estatuto de los Refugiados de 1951. Los desplazados forzosos no tienen un documento o instrumento jurídico similar que describa su condición y fije las directrices para su asistencia. Escapar o huir de una guerra no es la única circunstancia para que una persona sea considerado refugiado. También se puede ser refugiado cuando una persona huye producto de persecución política, religiosa o desastres naturales.
Por último y por si fuera poco, en la mayoría de los países de la región, la definición de refugiado es incluso más amplia porque la Declaración de Cartagena de 1984 prevé 'también como refugiados a las personas que han huido de sus países porque su vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por la violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público'. El problema es que los países de la región han hecho la vista gorda porque reconocer a todos los migrantes venezolanos como refugiados supondría un esfuerzo económico que lamentablemente no están en condiciones de asumir", declaró el jurista a través de un mensaje escrito a EsPaja.com.
Si se suman a los 3,6 millones de "venezolanos desplazados en el exterior" con sus 93.300 refugiados oficiales —la mayoría de ellos reconocidos bajo ese estatus en Brasil— y sus 794.500 solicitantes de asilo, Venezuela llega al Día Internacional del Refugiado de 2020 como el segundo país con más desplazamientos internacionales forzados de todo tipo del mundo, con 4,5 millones de personas, solo detrás de Siria (6,7 millones).