Es falso que el COVID-19 se cura o se prevenga con “una vibración” mayor a 25.5 Hz (hertz), como escribió la actiz María Conchita Alonso en su cuenta de Twitter el 20 de diciembre de 2020. El mensaje, repartido en cinco tuits, es la repetición de un texto que ha circulado al menos desde mayo 2020 por Facebook, Whatsapp y distintas páginas web como titulado El nivel vibracional.
El escrito afirma que “para los seres humanos con vibración más alta el virus es una simple gripe”, mientras que para los que tienen una vibración más baja, “el virus se vuelve peligroso”. Y por eso invita a "vibrar alto", sugiriendo a los lectores amar, sonreír, bendecir, jugar, pintar, cantar, bailar, meditar, caminar al sol, hacer ejercicio, disfrutar de la naturaleza, alimentarse con productos naturales y beber agua, además de orar, actividad que tiene una vibración “que va de 120 a 35 hz”, asegura.
El asunto ya ha sido verificado por plataformas de factchecking de México, Bolivia y hasta en India, apuntando primeramente que la cadena está llena de imprecisiones y carece de respaldo científico.
Un Hertz es una medida de frecuencia del número de veces que se repite un fenómeno por unidad de tiempo. Por ejemplo, las ondas electromagnéticas y las señales eléctricas se miden en Hz. Las emociones no son elementos susceptibles a ser medidos en Hz desde el punto de vista científico, ni siquiera desde la psicología u otras prácticas filosóficas.
El portal mexicano de verificación Animal Político conversó con la ingeniera en Biotecnología Yael Suárez y el ingeniero en Telecomunicaciones y Sistemas Electrónicos Fernando Cossío. Ambos coinciden en que las cifras de la cadena necesitan más contexto. No se especifica si se refieren a ondas mecánicas, electromagnéticas o acústicas.
Existe documentación que relaciona el ultrasonido con los virus. Suárez explicó que hay estudios que han trabajado el uso del ultrasonido en combinación con otras terapias, pero “tiene muy poco o nada de efecto en la desactivación de virus”. La frecuencia que la cadena asegura que puede “matar” el virus (25.5 Hz) está muy lejos de la que realmente puede causarle algún efecto. La frecuencia que debe ser usada en la desactivación del virus es de 582.000 Hz.
Los lugares tampoco tienen vibraciones altas o bajas (mecánicas, electromagnéticas o acústicas). Por ejemplo, en el caso del primer tipo, si un hospital tuviera ondas mecánicas de 20 Hz “las sentiríamos como si fuera un terremoto”, según comentó la ingeniera Suárez.
El portal de factchecking de India Factly hizo una revisión de literatura científica y concluyó que no hay estudios que relacionen el ultrasonido con la “desactivación” del COVID-19.
La agencia Reuters también ha verificado esta cadena citando al investigador Antonio Juárez, del Instituto de Ciencias Físicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor en Física por la Universidad de Manchester en el área de Física Molecular, para quien pensar que cualquier clase de vibración puede matar la enfermedad COVID-19 “es absurdo” y esas dos publicaciones son una muestra de peligrosa “pseudociencia”.