En una entrevista grabada los últimos días de 2022 en el teatro Teresa Carreño y transmitida por TelesurTV el 1 de enero de 2023, el presidente Nicolás Maduro dijo al periodista español Ignacio Ramonet: "hay un crecimiento industrial de gran impacto". Pero es discutible.
Declaración desde el minuto 24'17'' hasta el 25'15"
"Este año 2022 se han desatado las fuerzas productivas del país. Yo te puedo dar otro dato: Venezuela que dependía 80-85% de todos sus alimentos de la importación, hoy produce 94% de los alimentos que van al hogar venezolano. Un récord, es un milagro agrícola, producto de que centenares de productores, de emprendedores del campo se han puesto a trabajar, a producir (...) Hay un crecimiento industrial de gran impacto y sobre todo hay un crecimiento industrial que es importante, pero que deja una brecha todavía grande, donde podemos crecer aún más. Venezuela tiene un crecimiento este año de dos dígitos. Ya el Banco Central de Venezuela ha mostrado algunas cifras".
Señalar que el crecimiento industrial es de gran impacto puede resultar muy subjetivo sino se define el entorno en el cual se desenvolvió el sector o para quién representa un gran impacto. Aunque no lo dice abiertamente, por el preámbulo que hace se entiende que se refiere a la industria manufacturera.
Un crecimiento importante en medio de un contexto hostil
En el caso de que así sea, la industria manufacturera –afiliada a Conindustria– reportó hasta el 30 de noviembre de 2022 un crecimiento de 12%, que se mantendría en diciembre, informó el presidente del gremio, Luigi Pisella, el 8 de diciembre en entrevista con el periodista Carlos Fernandes, en Televen (minuto 1'33'' hasta 1'48'').
A todas luces, 12% es un crecimiento importante. Pero ¿en qué contexto se da? En declaraciones ofrecidas a finales de 2021, Pisella ya daba cuenta de la ligera mejoría que mostraba el sector de los últimos meses de ese año, pospandemia. La capacidad operativa se ubicó en 27% en el cuarto trimestre de 2021, dijo el 2 de marzo de 2022. Pese a la recuperación mostrada "Pisella recalcó la baja eficiencia de la manufactura venezolana que, al compararla con países que como Argentina, Colombia y Brasil, registra el peor desempeño de la región".
Ya al cierre de 2022, los resultados están a la vista. La industria trabaja a 38,5% de su capacidad instalada, de acuerdo con la Encuesta de Coyuntura Industrial del tercer trimestre. "Hay indicativos de que la industria está creciendo ligeramente", indicó Pisella a Fernandes. "68% de los encuestados manifestó haber mantenido su nómina laboral y 20% haberla incrementado. La remuneración a los trabajadores pasó del trimestre anterior (segundo) de 150 dólares promedio a nivel operativa a 171 dólares en el tercero, un 14% más. Son indicativos que nos dicen que la industria viene creciendo ligeramente. Cuando hablamos de un 38% la gente puede imaginarse (que) ¿ya estás bien? No. Venimos de un 2021 en 19% (capacidad operativa), pero estamos en un 38%. Pero cuánto nos falta comparado como Colombia y Brasil, que trabajan a un 80-82%", señaló Pisella a Televen (minuto 1'50'' hasta 2'39'').
Los factores que están dificultando el crecimiento de la industria son: la competencia de productos importados que ingresan al país exonerados de aranceles y pagos de impuestos, el rezago en la tasa de cambio (la inflación es mayor que el ajuste a la tasa cambiaria y hace que los productos nacionales cuesten más que los importados), la informalidad de productos que entran al país (contrabando), los excesivos tributos fiscales y parafiscales y, la falta de financiamiento, detalló el dirigente empresarial.
De acuerdo con declaraciones ofrecidas en agosto de 2022 por Pisella, las necesidades de financiamiento del sector en su conjunto alcanzaban 5.000 millones de dólares.
Datos de Conindustria de marzo de 2021, al reportar los resultados de la Encuesta de Coyuntura Industrial del cuarto trimestre de 2020, revelaron que "durante los últimos 10 años (2011-2021), el PIB real del sector manufacturero nacional, se redujo en tal magnitud que la cifra descendió hasta -94%, proyectándose que para el presente año, el aporte del PIB de la manufactura venezolana, será de tan solo un 5,7%, mientras que en el año 1998, este indicador se ubicaba en 17%".
Nicolás Maduro habla de un crecimiento para 2022 de dos dígitos y le dice a Ramonet que el BCV ha mostrado algunas cifras. En una nota de prensa publicada el 30 de diciembre, el ente emisor sostiene que entre enero y septiembre la economía creció 17,73%. Dentro del componente no petrolero, las autoridades atribuyen una variación de 39,61% a la manufactura en relación a igual lapso de 2021.
Venezuela superó en 2022 una hiperinflación de cinco años y salió de una recesión económica de ocho años, período en el cual perdió 80% de su Producto Interno Bruto. Así las cosas, 17,73% de crecimiento de la economía en los primeros nueve meses de 2022, o el de gran impacto –según Maduro– registrado por la industria es significativo en cualquier escenario y más si se omite el entorno en el que se da esa recuperación.
A pesar de la nota de prensa emitida por el BCV el 30 de diciembre de 2022, las estadísticas publicadas en su página web –por lo menos hasta el 4 de enero de 2022– siguen congeladas en la data del primer trimestre de 2019, cuando la economía venezolana reportó una contracción de 26,8% en comparación con igual período de 2018.
Bajo la amenaza del retroceso económico
Maduro destaca como un logro la supuesta expansión de la economía (rebote, en realidad), pero no señala que, según las mismas cifras del BCV, ya en el tercer trimestre se observa una desaceleración de la recuperación.
Pareciera entonces que el relativo "crecimiento industrial de gran impacto", como lo llamó Maduro, no será sostenible en el tiempo, a juzgar por las señales que están a la vista, una de ellas el repunte en los precios de bienes y servicios, como destaca, además del Observatorio Venezolano de Finanzas, el economista Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica.
Si bien es cierto que el sector manufacturero ha crecido 12% en 2022, con la realidad económica y política venezolana, cabría preguntarse para quién resulta de "gran impacto" el crecimiento industrial. ¿Para la industria? que sigue enfrentando una serie de obstáculos (enumerada arriba) y a la que se le suma la deficiencia de los servicios públicos (agua, electricidad, combustible, conexión a Internet) y que desde ya le permite vislumbrar un crecimiento inferior para 2023 del que lograron en 2022. ¿Para la población en general? que cada día observa cómo sus ingresos pierden poder de compra sin que el gobierno haga algo para solventarlo.
En el tercer trimestre de 2022 se evidenció un retroceso en el consumo final privado al ubicarse en 8,59% desde 16,54% en el segundo trimestre del año.
Por otra parte, no se puede remunerar mejor el trabajo porque sencillamente no hay productividad por distintas razones. Entonces, que el crecimiento industrial sea de gran impacto, es discutible.