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¿Las parlamentarias de 2020 fueron limpias como asegura el diputado Soto Rojas?

Frase

"La verdad es que este proceso (elecciones parlamentarias del 6D) fue limpio"

Autor

Fernando Soto Rojas

Lugar y fecha

Asamblea Nacional, 5 de enero de 2021

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Es falso que el proceso electoral del 6D haya sido "limpio", como lo dijo el diputado Fernando Soto Rojas en su discurso durante la instalación de la nueva Asamblea Nacional (2021-2026). EsPaja.com desmonta la afirmación de Soto Rojas con varios hechos

Por:  Ligia Perdomo

05-01-2021

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El diputado Fernando Soto Rojas, quien fungió como director de debate en el acto de instalación de la nueva Asamblea Nacional, dijo, al referirse a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, que "este proceso fue limpio, pacífico y tranquilo" y que en esa fecha "hubo oportunidad de expresarse, todos, absolutamente".

Sin embargo, los comicios no fueron limpios. Constitucionalmente, en diciembre de 2020 había que elegir a un nuevo parlamento. Pero, en primer lugar, la convocatoria provino del régimen de Nicolás Maduro, cuestionado por buena parte de la comunidad internacional que no lo reconoce como Presidente, por haber sido "reelecto" es unos comicios considerados fraudulentos.

En segundo lugar, el Tribunal Supremo de Justicia de Maduro suspendió las juntas directivas de varios partidos políticos y los intervino, asignándolos a diputados que desde diciembre de 2019 fueron "comprados" por el régimen de Maduro para actuar en contra de Juan Guaidó, presidente de la AN y reconocido como mandatario interino de Venezuela por 60 países. El poder judicial, incluso, arrebató partidos a aliados chavistas que buscaban distanciarse de Maduro.

La dirigencia opositora de las toldas tradicionales decidieron no participar en las elecciones de diciembre de 2020 considerándolas como una farsa y fraudulentas.

Como tercer punto, en la campaña electoral hubo ventajismo de parte del oficialismo y quedó en evidencia con el ofrecimiento y entrega de bombonas de gas a cambio del voto, por ejemplo, o el de un candidato que desempeñó como presidente de un canal de TV hasta que fue postulado, e hizo propaganda en los espacios de la televisora.

Otro de los aspectos que pueden desmontar la supuesta pulcritud a la que se refiere Soto Rojas, cuando habla de un proceso limpio, es que la Unión Europea no aceptó participar como observador internacional –ante la invitación de Maduro– por cuanto no reconoce a Maduro como presidente legítimo y advertir que los comicios más recientes no contaban con las garantías necesarias y no eran producto de un acuerdo entre el régimen de Maduro y la oposición encabezada por Juan Guaidó.

Un quinto punto que puede ser listado entre otros tantos, es la irregularidad en la que incurrió el Consejo Nacional Electoral (CNE) el mismo día de los comicios, el 6 de diciembre: modificó –pasado el mediodía– el registro electoral para que Nicolás Maduro, quien desde que asumió la presidencia en 2013 vota en el liceo Miguel Antonio Caro, en Catia, sufragara en la escuela Simón Rodríguez, ubicada en Fuerte Tiuna. Se trata de una violación del artículo 123 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales.

Estos son solo algunos hechos, de varios, que demuestran que el proceso para la escogencia de la Asamblea Nacional en diciembre de 2020, no fue limpio, transparente o pulcro, como afirmó el diputado Soto Rojas en su discurso durante la instalación del nuevo parlamento que ejercerá funciones hasta enero de 2026 y cuya primera directiva presidirá Jorge Rodríguez, del partido de gobierno (PSUV).

Otros datos

La Asamblea Nacional, hasta este 5 de enero, conformada por 167 diputados, era él único de los cinco poderes públicos controlado por la oposición con mayoría calificada, tras las elecciones de diciembre de 2015. Luego de los resultados, Maduro –a través de su ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia– desconoció la actuación de los parlamentarios y declaró a su directiva en desacato, anulando por completo la Asamblea Nacional electa por votación popular.

Año y medio después, impuso una Asamblea Nacional Constituyente, integrada solo por adeptos al chavismo, que luego de tres años y medio de funciomaniento no cumplió con su objetivo: elaborar una nueva Constitución en el período de un año (dos años a más tardar).

Con artilugios, se permitió ampliar el número de legisladores de 167 a 277 con el supuesto argumento de lograr una mejor representación proporcional, justamente cuando la población venezolana se ha reducido producto de la emigración forzada. Pero los resultados de la votación reflejan una desproporción mayor al quedarse el chavismo con 253 curules y el resto (opositores que se sentaron a negociar con el gobierno) con apenas 21 escaños.

 

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