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¿Venezuela es un Estado fallido?

Frase

"Venezuela es un Estado fallido"

Autor

Mike Pence

Lugar y fecha

Nueva York, 10 de abril de 2019

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En abril de este año el vicepresidente de Estados Unidos, MIke Pence, afirmó que Venezuela es un Estado fallido, pero no era la primera vez que lo aseguraba. En abril de 2018 también lo destacó. Las declaraciones han sido expresadas en foros mundiales o regionales, en los que EEUU ha expuesto la delicada situación venezolana y llamado a la comunidad internacional a actuar en consecuencia. Venezuela exhibe varias características propias de naciones catalogadas como tal. ¿Pero eso lo convierte en un Estado fallido?

Por:  Ligia Perdomo

20-09-2019

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Pence no vaciló en señalar a Venezuela. "Casi nueve de cada 10 venezolanos viven en pobreza extrema. Las tiendas de alimentos están casi vacías. La comida y los artículos de primera necesidad a menudo son imposibles de encontrar. Los hospitales carecen de los servicios y suministros médicos más básicos, poniendo las vidas en peligro y causando miseria y muerte indecibles. Y todos los días, unos 5.000 venezolanos huyen de su tierra de nacimiento, en el mayor éxodo masivo transfronterizo de la historia de nuestro hemisferio. Bajo el régimen de (Nicolás) Maduro, Venezuela es esencialmente un Estado fallido”, argumentó Pence en la VIII Cumbre de las Américas en Lima, Perú, el 14 de abril de 2018.

Un año después, el 10 de abril de 2019, Pence reiteró durante su intervención en la sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, convocada para abordar la situación del país, que Venezuela es "un Estado fallido" y que supone una "amenaza" para toda la región, entre otras cosas por el éxodo masivo que la crisis ha provocado. "Traficantes de drogas, bandas criminales e incluso grupos terroristas como Hezbollah están explotando el caos en Venezuela para establecerse en la región y exportar crimen y violencia". 

Todas estas manifestaciones son características de estados fallidos, sin embargo, el debate es amplio a la hora de etiquetar un país como tal. Aunque no hay un consenso entre académicos sobre la definición de Estado fallido o failed state, se entiende como la incapacidad de ciertos estados para atender las necesidades de sus ciudadanos, gestada por múltiples factores a lo largo del tiempo, en el que el colapso del Estado es la etapa final, de acuerdo con el politólogo e investigador alemán Rainer Tetzlaff.  

El economista venezolano Alexander Guerrero señala en su blog que un Estado fallido es el “rompimiento del contrato del Estado con sus ciudadanos, no solo la Constitución, sino la pérdida de capacidad para salvaguardar las garantías de sus ciudadanos". Y coloca el punto de partida en el caso venezolano en "el asalto político, secuestro y destrucción del poder judicial en 2000".  

Guerrero dice que con ello el Estado absorbió todas las funciones económicas sociales y políticas, dando paso al colapso económico y social.

"En lo económico, las instituciones fundamentales para dotar de un sistema emprendedor, competitivo, dinámico que conduzca el crecimiento económico, mercado, precios y propiedad privada, base del Estado de Derecho económico han sido demolidas", afirma Guerrero. "El gobierno ha utilizado las distorsiones de precios generadas en el aberrante mecanismo de control de cambio para destruir la base productiva de la economía privada del venezolano, entorno que proveía ochenta y cinco de cada cien empleos hace veinte años".

Recuerda el académico y estudioso de la materia que "nacionalización, expropiación, leyes penales que a priori establecen la actividad económica privada como un crimen a penalizar, intervención discrecional y el uso de la violencia militar para ocupar empresas, miles de ellas cerraron y otras tantas de naturaleza multinacional se fueron del país, con lo cual se destruyó la conexión intraindustrial que permitía un mayor crecimiento de la economía y particularmente exigía y demandaba mano de obra calificada; quedó destruido".

Guerrero, economista PhD, expresa en su blog que Venezuela calza en la categorización de un Estado fallido, calificación que, además de Pence, comparte el dirigente de Primero Justicia y embajador de Venezuela ante el Grupo de Lima, Julio Borges:

Pero hay matices. El venezolano Eduardo Porcarelli, doctor en Derecho y Ciencias Políticas, sostiene que Venezuela está muy cerca de ser un Estado fallido, pero que aún no lo es. ¿Por qué? Porque a diferencia de naciones fracasadas, Venezuela aún puede recuperarse.

A diferencia de Haití y Afganistán, donde observa un panorama complicado, Porcarelli cree que Venezuela puede tomar la senda de la recuperación con políticas públicas adecuadas y enumera sus posibilidades.

En primer lugar, la ubicación geográfica del país en una zona que no es conflictiva permite la convivencia pacífica entre Estados, destaca el profesor de Postgrado de la UCV e invitado del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), consultado por EsPaja.com.

Como segundo elemento considera el interés de los inversionistas extranjeros si se produce una transición política con reglas claras y predictibilidad, que no se da cuando una nación es considerada un Estado fallido.

Un tercer punto es que, si bien las instituciones del país están vulneradas, hay un mínimo espacio de convivencia en el que pueda reconstruirse el país. Ejemplo de ello, cita Porcarelli, es la Asamblea Nacional, aún con todos los problemas que enfrenta.

"¿Hay recursos? Sí. Petroleros y mineros que bien administrados pueden dar un respiro al país. Existe una infraestructura mínima y aún no tenemos una guerra civil, pero el deterioro de los últimos años que ha elevado el riesgo de fallar y que ubica a Venezuela en la posición 32 entre 178 naciones evaluadas por Fund for Peace, indica que Venezuela está tocando la puerta", reconoce.

Advierte que si no se llega a algún mecanismo de solución y entendimiento para la convivencia y transición en corto plazo, la situación se hará más difícil para el país. "Lo que queda es la violencia", reflexiona.

Cada año, Fund for Peace (el Fondo para la Paz), organización sin fines de lucro, publica un Índice de Estados Frágiles -inicialmente llamados fallidos- que identifica las presiones que tienen los Estados y cuándo pueden estar al borde del fracaso.

Presión demográfica creciente, movimientos de refugiados y desplazados internos, descontento social, éxodo de la población y fuga de cerebros; desarrollo económico desigual, pobreza y declive económico; pérdida de legitimidad del Estado (criminalización y deslegitimación), deterioro de los servicios públicos, violación de derechos humanos y debilidad del estado de derecho; aparato de seguridad (presencia de un Estado dentro del Estado), surgimiento de élites agrupadas en facciones e intervención externa son los 12 indicadores que toma en cuenta la organización para elaborar el Índice de Estados Frágiles.

En su edición de 2019, Venezuela ocupa la posición 32, una pérdida de 14 puestos en comparación con el resultado de 2018 cuando se situó de 46 en el índice. Junto a Brasil, Venezuela mostró el peor desempeño.

El Fondo para la Paz hace la clasificación con sus distintos grados en cuatro niveles: sustentable, estable, advertencia y alerta en una escala de 120 puntos. Yemen -reconocido en el mundo como un Estado fallido- encabeza la lista con 113,5 puntos, mientras que Venezuela acumula 89,3 en la categoría de High warning (advertencia alta), pero no califica como Estado fallido, según Fund for Peace. 

Con dos presidentes de la República producto de un proceso electoral ilegítimo, el país enfrenta retos políticos en medio de la peor debacle económica y social de la era republicana, reflejada en parte en una grave crisis humanitaria reconocida por organismos internacionales.

 

Fotografía: Mike Pence/Wikipedia

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