Definitivamente, sí. La evidencia del derrame ocurrido un día después del reinicio fallido de las operaciones en El Palito para la conversión de petróleo crudo en gasolina, el martes 21 de julio, difícilmente puede ser refutada.

Una imagen registrada por uno de los satélites de Planet Labs, el 22 de julio, prueba sin lugar a dudas que el complejo refinador lanzó una enorme aunque indeterminada cantidad de sustancia contaminante a las aguas de la ensenada donde se encuentra ubicado, cubriendo completamente la playa El Palito y extendiendo la mancha aceitosa por varios kilómetros hacia el norte en pleno mar territorial.

Foto: Tomada del análisis del prof. Eduardo Klein

Hasta ahora, Pdvsa no ha reconocido el accidente ni emitido un informe técnico sobre la falla que lo originó. Pero el 6 de agosto, justamente dos semanas después del evento catastrófico, un estudio del profesor Eduardo Klein, del Laboratorio de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolívar, se divulgó entre miembros de la comunidad científica venezolana. Su conclusión era diáfana: el derrame provino de la refinería y afectó inicialmente varios kilómetros de costa del golfo Triste.

La hipótesis del carguero Nauma

Desde ese momento cayó a tierra la hipótesis más difundida sobre la causa del infortunio ambiental. Estaba protagonizada por el carguero Nauma, de bandera portuguesa, que había salido del puerto de La Guaira el 29 de julio con destino a Georgetown, Guyana, y debido a una avería grave perdió los controles de navegación en la madrugada del día siguiente.

El servicio de monitoreo geolocalizado de embarcaciones marítimas petroleras Tanker Trackers Inc., basado en Suecia, informó el domingo 2 de agosto que el buque Nauma había descargado fuel-oi luego del problema que lo dejó a la deriva. Un mensaje en la cuenta de Twitter de esa organización independiente especulaba sobre las causas del accidente en alta mar: ¿una rotura del casco, un acto de piratería?

Carguero Nauma. Foto: Marinetraffic.com

De seguidas, la presunción que culpaba al Nauma tomó cuerpo en las redes sociales. La periodista Maibort Petit, quien había notificado el derrame desde el sábado 1 de agosto al publicar un video de fuente no identificada, dio por válida la explicación de Tanker Trakers.

Dos días después, esta versión se ganó el respaldo del diputado Luis Stefanelli, representante del estado Falcón en la Asamblea Nacional, al hacer pública la denuncia que implicaba al Nauma como responsable del desastre. Para ese momento, se multiplicaban los testimonios del impacto ambiental desde Puerto Cabello hasta las comunidades del golfo Triste. Stefanelli ese día daba por un hecho que el derrame había ocurrido el mismo 2 de agosto, cuando lo reportó Tanker Trakers. En una suerte de citas cruzadas, este servicio confirmaba la causa del hecho sobre la base de declaraciones del diputado y miembro de la Comisión de Energía del parlamento, y también de una fuente anónima de la agencia Reuters en Pdvsa.

Un usuario de Twitter conocido por el seudónimo “Simón Bolívar” y autor del blog BolivarFiles.com , elaboró una detallada exposición acerca del trayecto errático del Nauma y de su cercanía al área en la que, de acuerdo con imágenes satelitales del 31 de julio, ocurrió el derrame, intentando demostrar la culpa del carguero portugués.

Ya tenía completo sentido aquella explicación: el Nauma descargó accidentalmente su combustible, que terminó formando una inmensa mancha oleaginosa sobre el mar Caribe, visible desde el espacio exterior. Otros usuarios de Twitter especializados en temas de geolocalización marítima y aérea suscribieron la especie, y así se difundió ampliamente. Hasta la reputada publicación de negocios navieros Maritime Executive le dio crédito.

La hipótesis del Nauma estuvo invicta por un par de días más, pero el 5 de agosto el propio diputado Luis Stefanelli cambió de opinión y en un par de tuits acusó a la refinería El Palito del ecocidio en el Parque Nacional Morrocoy.

Es la hora de la ciencia

Tanker Trackers aun mantuvo hasta el 6 de agosto la relación causa-efecto entre el buque errante y la contaminación de una extensa área de los frágiles ecosistemas en el oriente falconiano. Su cofundador, Samir Madani, se involucró directamente en el caso y siguió apalancando la responsabilidad de la embarcación.

El Nauma, por entonces totalmente fuera del curso previsto, estaba en aguas internacionales al sur de Haití y la mancha aceitosa había dejado su oscuro tinte en Boca de Aroa, Punta Brava, cayo Sombrero, Varadero, cayo Borracho y se aproximaba a Chichiriviche.

Pero la comunidad científica nacional, especialmente el sector de los ecólogos y biólogos marinos, se había estado movilizando desde el inicio de la crisis ambiental en el golfo Triste. Sin hacer bulla, investigadores y voluntarios estaban volcados desde el 3 de agosto a la labor de contribuir a la limpieza y contención en las áreas afectadas, sin contar todavía con apoyo oficial.

El conocimiento directo de la amenaza del derrame sobre las costas invadidas por la sustancia tóxica, los motivó a levantar sus voces. La Sociedad Venezolana de Ecología organizó una videoconferencia que se realizó el viernes 7 de agosto. En ella participaron investigadores de las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Carabobo, y expertos de Fudena, las ONG Azul Ambientalista y ACLAMA, y la diputada María G. Hernández, presidenta de la Comisión de Ambiente de la AN.

Captura de pantalla de la video conferencia

Todos los aspectos del caso fueron abordados: origen del derrame, contaminación de playas y la flora y fauna marinas, responsabilidades legales y acciones para salvar las áreas afectadas por el ecocidio. Edlin Guerra, biólogo marino y miembro de la SVE, dijo luego de la videoconferencia que se prepararía un pronunciamiento nacional sobre el alcance y los efectos perversos del derrame y la denuncia legal del caso. “El derrame se originó en la refinería El Palito”, afirmó refiriéndose a las conclusiones del foro.

Foto: Tomada del análisis del prof. Eduardo Klein

En representación del Laboratorio de Sensores Remotos de la USB, el profesor Eduardo Klein fue el encargado de ofrecer la exposición científica del punto geográfico donde se inició el desastre. Con imágenes satelitales procesadas y modelos cargados de datos sobre la dirección y fuerza del viento y las mareas en la zona contaminada, Klein demostró que el derrame de hidrocarburos se evidenció desde el 22 de julio y “estuvo contenido en la costa por al menos una semana”.

Foto:@gabocabreravzla

Klein hizo también una estimación aproximada del vertido contaminante: “entre 10 mil y 40 mil barriles”. La simulación que presentó en el foro predecía la llegada del derrame a las aguas y cayos del Parque Nacional Morrocoy, la Reserva Biológica de Cuare y el golfo Triste. Como causas del accidente, el científico sugirió que las fugas ocasionadas por una falla en la refinería El Palito pudieron precipitar el desbordamiento de hidrocarburos sobre las aguas de la ensenada.

Origen (extra) oficial

“Inicialmente la denuncia del derrame la recibí de vecinos cercanos a la refinería”, relató la diputada por Carabobo Deyalitza Aray a Transparencia Venezuela. “Luego de las fuertes lluvias por el paso de la tormenta Gonzalo, la gente de la zona percibió el olor y la mancha negra que inmediatamente se observó en la playa (El Palito). Los vecinos me enviaron las fotografías que circularon en las redes sociales. Posteriormente pasé por el lugar y noté la mancha y el fuerte olor a petróleo, aceite”.

Aray, en efecto, fue la primera funcionaria que hizo público el desastre ocasionado por la refinería. El 26 de julio, cuatro días después de iniciarse el derrame, reportó en Twitter la denuncia de los habitantes de la zona: se habría desbordado una de las lagunas de oxidación en la planta de efluentes del complejo refinador. La consecuencia inmediata fue la caída de desechos de la conversión de hidrocarburos en las playas cercanas, principalmente la que está al lado de la petroquímica.

Solo el medio local Ventana Digital, con sede en Puerto Cabello, dio cuenta de las declaraciones de Deyalitza Aray. La suya fue realmente la denuncia inicial del derrame, hecha una semana antes de que la periodista Maibort Petit causara alarma en las redes sociales con este caso.

El martes 4 de agosto, en sesión ordinaria la plenaria de la Asamblea Nacional aprobó “la condena de los daños ocasionados por los derrames petroleros en los estados Carabobo, Falcón y Zulia”. La moción fue presentada en forma conjunta por las comisiones permanente de Ambiente y Minas e Hidrocarburos.

María Hernández, diputada por el estado Monagas y presidenta de la Comisión de Ambiente, fue invitada al videoforo de la Sociedad Venezolana de Ecología y allí informó sobre el inicio de una investigación, acordada el 3 de agosto, que recibirá el apoyo de los parlamentarios de Falcón así como “de trabajadores activos y jubilados de la refinería El Palito”. Dos días después, la comisión resolvió emitir solicitudes de información dirigidas al Ministerio de Petróleo, Pdvsa, la gerencia del complejo refinador y las gobernaciones de Carabobo y Falcón.

“Nos centraremos en exigencias de responsabilidad y castigo y reparación o saneamiento de las áreas afectadas”, dijo Hernández ante los miembros de la comunidad científica nacional.

Sentidos opuestos: expiación y confirmación

La primera declaración oficial al respecto pertenece a Josué Lorca, viceministro de Gestión Ecosocialista de Ambiente y presidente del Instituto Nacional de Parques. “Desde el día domingo (2 de agosto) a primera hora, luego de reportes presentados por pescadores, habitantes de Tucacas y recorridos del Cuerpo Civil de Guardaparques, se evidenció la presencia de un hidrocarburo, el cual se desplazaba hacia las costas del Parque Nacional Morrocoy.

Inmediatamente en conjunto con el  @miecosocialismo  y  @inparquesoficial  instalamos un Comando de Operaciones en conjunto con los cuerpos de investigación  @gnbolivariana   @oficialdgcim  y el SEBIN la Gobernación del estado Falcon, Alcaldía de Silva junto con la comunidad organizada posaderos y pescadores. (…) El día lunes dimos inicio a las operaciones de saneamiento y limpieza con más de 100 personas en el golfo Triste y Punta Brava, además de 50 guardaparques”. Eso dijo en su cuenta de Instagram el funcionario.

Desde entonces ha repetido los mensajes que hablan de una acción eficaz en el control de los efectos del derrame, con “5.100 metros de playas saneadas y 7 cayos totalmente limpios y con seguimiento constante”, pero sin reconocer en momento alguno el origen de la contaminación.

Foto: Sentinel-2A (Jesús Urbina)

Mientras tanto, el profesor Eduardo Klein descartaba de plano la hipótesis del Nauma porque “para el momento de reportarse el comportamiento errático del barco, la mancha de hidrocarburos ya estaba en el golfo Triste. Es imposible que (ese) haya sido el origen”.

El científico del Laboratorio de Sensores Remotos de la USB en cambio confirma el vector de origen del derrame en El Palito el 22 de julio, con más de 27 kilómetros de extensión desde el centro de refinación hacia el norte –es decir, en su primer día cubrió casi 20 % de todo el golfo Triste”–, y ha estimado la envergadura aproximada del derrame petrolero: “Tiene una superficie casi tan grande como el lago de Valencia. Suficiente para cubrir completamente Caracas, Maracay y Valencia”.

*Con la colaboración de Alexis Correia