Hubo quienes pensaron que se trataba de calima y otros que se avecinaba una pertinaz lluvia, dado que el país entró formalmente en el período lluvioso. Sin embargo, la densa neblina que se apreciaba la tarde del domingo 21 de junio, en Caracas, era polvo proveniente del Sahara.
Por Whatsapp llegó a EsPaja.com la solicitud para verificar si la nube blanquecina que se observaba sobre la capital venezolana correspondía a polvo del desierto del Sahara, como se advertía en algunas cuentas particulares de Twitter.
El Instituto Nacional de Metereología e Hidrología (Inameh) advirtió el viernes 19 en Twitter, que la capa de polvo o Capa de Aire del Sahara (Sarahan Air Layer –SAL– por sus siglas en inglés) llegaría al Caribe el fin de semana. De acuerdo con la estimación "se pudiera observar concentraciones leves a moderadas de este material particulado".
Vargas, Miranda y Anzoátegui también reportaron la nube de polvo. En tanto Nueva Esparta amanecía así:
Se trata de un fenómeno cíclico. Se produce cada año durante el verano y temprano en el otoño en el Sahara –el desierto cálido más grande del mundo– y se desplaza miles de kilómetros a través del océano Atlántico hasta Estados Unidos.
De hecho, la Oficina Meteorológica de Barbados emitió el 21 de junio una advertencia para la población por la esperada presencia del polvo del Sahara sobre la isla y parte del Caribe Oriental, hasta las 18.00 hora local, reportó la agencia Efe. Se espera que llegue al sureste de Estados Unidos el miércoles 24 de junio, reseña CNN es Español.
El polvo que llegó a Venezuela el domingo se mantendrá en algunas regiones del país el resto de la semana, señala una nota de América Digital.
Las arenas del Sahara debilitan los huracanes
De acuerdo con Administración Nacional Oceánica y Atmósferica de EEUU (NOAA en inglés), la capa de aire sahariana se extiende entre 5.000 y 20.000 pies en la atmósfera. Cuando los vientos son especialmente fuertes, el polvo puede transportarse varios miles de kilómetros hasta la costa del Golfo de EEUU.
Una de las ventajas del fenómeno es que el aire seco asociado con la capa de aire sahariana a menudo suprime el desarrollo de huracanes y tormentas tropicales. "Grandes cantidades de polvo que ingresan al Atlántico durante la temporada de huracanes de verano crean una capa estable de aire seco que se hunde, lo que evita que las tormentas giren o ganen fuerza".
"Cada año, más de cien millones de toneladas de polvo sahariano soplan a través del Atlántico, y algunas llegan hasta la cuenca del río Amazonas. Los minerales en el polvo reponen los nutrientes en los suelos de la selva tropical, que se agotan continuamente por las lluvias copiosas lluviosas", indica el organismo oficial.
No todo es color de rosa para la salud
Pero no todo es color rosa. La inhalación del polvo inflama las vías respitratorias. Una publicación en la revista Translational Research, da cuenta de que "estudios epidemiológicos han constatado asociaciones estadísticas entre estas oleadas de polvo y las afecciones cardiovasculares y respiratorias, aunque todavía se desconoce qué mecanismos biológicos los desencadenan", reseña la agencia Efe.
"En este estudio se ha demostrado, por primera vez, que la inhalación del polvo desértico que flota en el aire ambiente provoca un aumento en las concentraciones de moléculas biomarcadoras de la inflamación de las vías respiratorias", señala el investigador del CSIC Sergio Rodríguez, de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), y coautor del trabajo junto al cardiólogo Alberto Domínguez Rodríguez, del Hospital Universitario de Canarias.
"Estos resultados son un avance en la identificación de los mecanismos fisiopatológicos mediante los que el polvo desencadena afecciones respiratorias y cardiovasculares", añade Rodriguez.
El gobierno de Puerto Rico, a través del Departamento de Salud, hizo un llamado el 21 de junio a personas con asma y problemas respiratorios, a estar pendientes de la nube de polvo que cubriría la isla para tomar previsiones.
A mediados de año, el polvo del Sahara se hace presente en el Caribe, pero esta vez su llegada coincide con la COVID-19, enfermedad declarada pandemia el 11 de marzo de 2020 y que precisamente afecta las vías respiratorias.
Los efectos del polvo son similares a los que produce la calima por los incendios forestales y los más vulnerables son niños y personas con problemas preexistentes que comprometan el sistema respiratorio, indicó el neumonólogo Andrés Orsoni en entrevista con Unión Radio.
Además de minerales, el polvillo puede contener virus, hongos, bacterias, ácaros y parásitos, lo que puede agravar un cuadro de asma u otras patologías de base, precisó Orsoni a la estación radial.
Fotografía de portada: CNN en Español/Video de Jorge Luis Pérez Valery