El lunes 2 de agosto, el abogado Enrique Aristeguieta afirmó en su cuenta de Twitter (@EAristeguieta) que el expresidente cubano Raúl Castro había fallecido el pasado 31 de julio a sus 90 años.
La última vez que Rául Castro apareció en público fue el 17 de julio, cuando asistió al “mitin de reafirmación” a la Revolución junto al actual presidente Miguel Díaz-Canel, tras las protestas ocurridas el 11 de julio en diversas localidades de Cuba. Por otro lado, el medio oficialista Granma informó el 27 de julio que el militar envió una ofrenda floral a la tumba de su hermano Fidel en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.
Hasta el momento ded redactarse esta nota, martes 3 de agosto, el gobierno cubano no ha confirmado ni desmentido la noticia. Por lo que podría considerarse un misterio. De acuerdo con Periódico Cubano, en WhatsApp circularó una cadena sobre la muerte de Castro en el hospital CIMEQ en La Habana. Según el mensaje, cayó en coma por una "acumulación de toxinas en el cerebro" y posteriormente falleció.
“La muerte la tiene que dar el gobierno de Cuba. Esta noticia es hasta ahora imposible de verificar por las condiciones de hermetismo del gobierno”, dice la cadena. Y tiene razón. Las dictaduras no suelen dar información verídica sobre el estado de salud de sus líderes.
Cuando el expresidente Hugo Chávez enfermó de cáncer en 2011, surgieron diversas especulaciones sobre la evolución de su enfermedad, ya que el gobierno venezolano mantenía el silencio. Incluso hoy en día hay quienes aseguran que Chávez no murió el 5 de marzo de 2013, sino en diciembre de 2012 en La Habana.