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Los monolitos de Los Próceres son "huecos"

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Los monumentos verticales a las batallas de Pichincha y Boyacá en el Fuerte Tiuna tienen escaleras que conducen hacia sus "azoteas", aunque no son de acceso público

"Muchas personas piensan que los Monolitos de Los Próceres son unos cubos rectangulares de concreto armado recubierto de mármol, y nada más. Pues no, son un par de edificios de 10 pisos cada uno, solo que no tienen ventanas por ningún lado, poseen una única entrada cada uno por un lado estratégicamente disimulada, de manera de que nadie se dé cuenta de que es una puerta de entrada que conduce a una gran escalera, igual a la de cualquier edificio de viviendas de 10 pisos. En tiempos de desfile militar o de alguna eventualidad que lo amerite, los militares suben por estas largas escaleras sin ventilación externa, lo cual causa algo de claustrofobia al sentirse encerrados totalmente, hasta llegar a la azotea (...) a su vez es un sitio estratégico para cuidar la tribuna presidencial".

El párrafo anterior es un extracto de un texto más largo que circula en la red social Facebook al menos desde el 22 de septiembre de 2019, según el motor de búsqueda de Google. Si creemos en esta y en otras de sus reproducciones, la fuente de la información es la usuaria María Perret Seguías, cuya cuenta es privada. 

 

Foto que acompaña las publicaciones en Facebook sobre la naturaleza de los monolitos. Fuente indirecta: cuenta de "Viajando En El Tiempo y Algo Más"

 

El equipo de EsPaja.com, que tiene como sede física la misma ciudad (Caracas) donde está el paseo concebido por el arquitecto venezolano Luis Raimundo Malaussena Andueza (1900-1963) durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se acercó en persona a los monolitos verticales de mármol blanco de 30 metros de altura que rinden homenaje a las batallas de Boyacá (sureste) y Pichincha (noreste) y pudo constatar que tienen puertas en sus bases. Una prueba contundente de que no estamos hablando de bloques sólidos, pues una puerta —generalmente— suele conducir a un espacio.

Las puertas no son demasiado visibles, pues están semiocultas detrás de los otros dos monolitos de color negro coronados por estatuas y "acostados" en disposición horizontal (conmemoran las batallas de Ayacucho y Carabobo). Aunque cualquier ciudadano, aparentemente, puede fotografiar las puertas sin pedir autorización de los militares que custodian la zona, lamentablemente su acceso está vedado por un candado para los visitantes civiles:

 

Detalle de la puerta en el monolito de Boyacá (sureste de Los Próceres). Foto: EsPaja.com

Detalle de la puerta en el monolito de Pichincha (noroeste de Los Próceres). Foto: EsPaja.com

 

El equipo de EsPaja.com solicitó más información sobre este patrimonio urbano de 1956 a una institución con autoridad en el tema: Docomomo Venezuela (antigua Fundación de la Memoria Urbana), que dirige la arquitecta Hannia Gómez.

"No tenemos ninguna sección ni planta del proyecto de Luis Malaussena para el Monumento a Los Proceres. Tampoco lo menciona la profesora Silvia Lasala en su libro Malaussena (Fundación Pampero, 1990). Sin embargo, como se ve en la foto anexa de 1958, la parte superior de ambos monolitos es visitada por personas que la usan como mirador. En esa foto se pueden vislumbrar escaleras que descienden al interior de ambos edificios. Y en la foto adjunta de la construcción de los monumentos, en 1954, es también posible ver la puerta central que da acceso al interior del edificio. Por todo esto, certificamos la existencia de ambas escaleras, aunque no así cuantos pisos en cada volumen ni si estos contenían espacios funcionales", contestó Gómez por correo electrónico.

Estas son las fotos que adjuntó la arquitecta. Por supuesto, estas escaleras internas facilitan enormemente la tarea de desplegar la bandera gigante de Venezuela que suele colgarse en la azotea de ambos monolitos durante los desfiles militares de fechas patrias:

 

 Aspecto de los monolitos de Los Próceres en 1958. Foto cortesía: Docomomo Venezuela

 

Aspecto de los monolitos de Los Próceres durante su construcción, en 1954. Foto cortesía: Docomomo Venezuela

 

Aclarado ese punto, sin embargo, queda pendiente el otro que expone la publicación de Facebook: "Es un sitio estratégico para cuidar la tribuna presidencial, ya que posee una vista única y perfecta a este lugar. Cada vez que hay desfile, en las azoteas de estos monolitos permanecen varios soldados armados que cuidarán la integridad de todos los presentes, sobre todo las personalidades en el palco presidencial hasta que termine el acto" (texto editado por EsPaja.com).

A grandes rasgos, la publicación atribuida a la usuaria María Perret Seguías es correcta. Aunque el general retirado Fernando Falcón, coordinador de los posgrados de Historia y Ciencias Políticas de la UCV, considera que no se trata de un descubrimiento trascendental: "Es una información de dominio público, y tampoco es nada extraordinario. Desconozco el número exacto de 'pisos' que tienen los monolitos en su interior, pero deben ser aproximadamente siete. Eso de que son estructuras estratégicas de seguridad es relativo. Resulta bastante lógico, debido a su elevación".

Hasta el célebre teórico chino Sun Tzu, hace 25 siglos, destacó la importancia de las alturas en las artes bélicas: "En terreno accidentado, si eres el primero en llegar, debes ocupar sus puntos altos y soleados y esperar al adversario".

Videos de desfiles militares organizados durante el gobierno de Nicolás Maduro, transmitidos por medios estatales y de acceso libre en Youtube, permiten apreciar que las "azoteas" de los monolitos están ocupados por personas no distinguibles a la distancia, aunque tampoco se observa una presencia masiva de efectivos de seguridad. Como lo comprueban en las transmisiones de televisión, los monumentos de 30 metros de altura son "estratégicos" en otro sentido: desde su parte superior se hacen tiros de cámara en picado (con ángulo hacia abajo) que ofrecen una vista panorámica de Los Próceres:

 

Detalle del desfile del 5 de julio de 2019. Fuente: Luigino Bracci Roa

 

Detalle del desfile del 5 de julio de 2018. Fuente: Luigino Bracci Roa

 

Detalle del desfile del 2 de febrero de 2017. Fuente: Luigino Bracci Roa

 

"La principal biógrafa de Luis Malaussena, Silvia Lasala, no concedió mayor importancia a los monolitos en su libro de 1990 sobre el arquitecto. No creo que tengan mayor importancia desde un punto de vista estratégico", opina Orlando Marín, director de la escuela de Arquitectura de la UCV.

La seguridad en los desfiles militares no es asunto para tomar a la ligera, y no solo por el incidente con drones del 4 de agosto de 2018 en la avenida Bolívar de Caracas: Anwar el-Sadat, presidente egipcio entre 1970 y 1981, cayó víctima de magnicidio durante una parada de soldados.

En todo caso, el hecho de que los civiles no puedan subir libremente a la azotea de los monolitos contradice el espíritu del paseo diseñado por el arquitecto caraqueño: "Pareciera que nos encontráramos (en el paseo Los Próceres) ante la presencia de un lenguaje más evolucionado (...) en la medida en que se amplía el repertorio hasta ahora reducido del culto a Bolívar y a los héroes más conocidos de la historia nacional, para incluir a los héroes civiles, precursores de la independencia nacional", destaca el citado libro Malaussana de Silvia Lasala.   

 

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