Una explosión devastó el área portuaria de Beirut, dejó un cráter de unos 120 kilómetros de diámetro, mató al menos 150 personas (números provisionales tres días después de la tragedia) y causó daños en edificaciones al menos a 10 kilómetros a la redonda en la capital del Líbano: ocurrió el martes 4 de agosto de 2020 a las 6:08 pm, hora local (pasadas las 11:00 de la mañana en Venezuela).
Más allá de eso, el incidente ocurrió en una época de la humanidad en la que muchos ciudadanos cuentan con cámaras en sus teléfonos celulares. Probablemente, es uno de los desastres más impresionantes que han sido registrados en video —desde varios ángulos— en todos los tiempos.
En redes sociales, la explosión de Beirut despertó numerosas interrogantes. También entre los usuarios de EsPaja.com, que formularon consultas sobre la naturaleza del estremecedor estallido. ¿Se había tratado de una detonación nuclear? ¿Por qué, de lo contrario, se observó un hongo de humo similar al de las filmaciones de bombas atómicas? Todo esto, por una macabra casualidad, dos días antes de que se cumplieran los 75 años del lanzamiento de la primera bomba nuclear en Hiroshima (Japón), el 6 de agosto de 1945.
¿Hubo una explosión nuclear?
La explosión en un depósito de nitrato de amonio de Beirut fue detectada por sismógrafos de Estados Unidos como un temblor de magnitud 3,3. Se sintió en Chipre, una isla a unos 240 kilómetros del Líbano. Se calcula que tuvo una potencia equivalente a entre 200 toneladas y 1 kilotonelada (o kilotón) de TNT: como referencia, la bomba atómica de Hiroshima se compara con una detonación de 15 kilotones de TNT (Science Alert, 6 de agosto de 2020). Es decir, lo que ocurrió en Beirut no fue un evento menor, ni mucho menos. La forma del "hongo" de nubes que se formó brevemente tras la explosión beirutí despertó comparaciones con un evento nuclear.
Pero las comparaciones llegan hasta allí. Es falso que los "hongos" sean exclusivos de las bombas atómicas. Tienen un nombre: Nubes de Wilson, en homenaje al físico escocés que investigó este fenómeno de condensación en cámaras cerradas: Charles Thomson Rees Wilson (1869–1959).
"Ese tipo de detonaciones (las atómicas) implican la aparición de una serie de destellos blancos muy característicos, que no se ven en ninguno de los vídeos que se han publicado sobre el desastre (de Beirut). Además, se genera una intensa oleada de calor; que, en caso de haberse dado, habría quemado la piel de las personas, del mismo modo que ocurrió tras el accidente de Chernóbil. Incluso habría provocado incendios en un área mucho más extensa de la ciudad. En este caso, los daños más intensos fueron generados por la onda expansiva", señala una investigación del portal Hipertextual que descarta la posibilidad de un incidente nuclear en Beirut (5 de agosto de 2020).
¿Solo una explosión nuclear genera una nube en forma de hongo? No necesariamente, explica otro artículo publicado por el portal El Confidencial tras el incidente en Beirut. "La razón de que se confundiera con una explosión nuclear la tiene un efecto denominado 'nube de Wilson', una nube con forma de hongo muy característica, aunque no exclusiva, en las de detonaciones atómicas. 'Este tipo de nube aparece cuando la explosión produce un gas caliente que se eleva rápidamente', explica Mar Gómez, doctora en Física. Gómez, que además es responsable del área de Meteorología en Eltiempo.es, señala que lo que ocurre es que el aire que hay por encima 'amortigua este gas caliente mientras intenta desplazarse y es literalmente empujado hacia abajo', movimiento que hace que tome esa forma tan distintiva, como si fuera una seta (hongo)".
El siguiente video, elaborado por el medio de divulgación popular de ciencia Muy Interesante, ahonda un poco más sobre la llamada "nube de Wilson", un fenómeno que es más probable —aunque no exclusivo— de lugares con un aire húmedo, caso del puerto de Beirut. En cuanto a la coloración rojiza del "tallo" del hongo, se atribuye a la descomposición del nitrato de amonio almacenado en el puerto beirutí.
Está descartada la posibilidad de que el evento de Beirut tuviera un origen nuclear, lo que no quiere decir que lo ocurrido en la capital del Líbano no posea una magnitud catastrófica e histórica. ¿Fue la explosión no nuclear generada por acción humana más grande de todos los tiempos? Existe registro de al menos una detonación más poderosa: la ocurrida el 6 de diciembre de 1917 en Halifax (Canadá), equivalente a unos 3 kilotones de TNT.
El responsable: nitrato de amonio
Usuarios de EsPaja.com también hicieron consultas en el extremo opuesto: ¿por qué hay versiones de prensa que atribuyeron el presunto accidente a estallidos de fuegos artificiales?
La versión oficial del gobierno del Líbano es que la fuente de la principal explosión fueron 2.750 toneladas de nitrato de amonio (NH4NO3), un químico explosivo usado a menudo como fertilizante y, en ocasiones, en bombas (New York Times, 6 de agosto de 2020). ¿Cómo llegó ese componente al puerto de Beirut? Al parecer, estaba almacenado allí desde 2013, cuando la tripulación de un barco de bandera moldava que lo trasladaba desde Georgia (Europa Oriental) hasta Mozambique (África) dejó abandonado su peligroso cargamento tras un desperfecto técnico.
¿Por qué las versiones de prensa sobre un posible origen en un depósito de fuegos artificiales? Aunque para el viernes 7 de agosto de 2020 todavía las causas del incendio se estaban investigando, cualquiera que observe los videos de Beirut puede apreciar que, antes de la "megaexplosión" de las 6:08 pm (hora local), ya había otro incendio en el lugar, e incluso se observa algo parecido a chispas y destellos.
El nitrato de amonio es un explosivo poderoso, pero no por cuenta propia: suele requerir una ignición previa para hacer combustión. Una línea de investigación de la tragedia es que, probablemente, un incendio anterior que hizo arder un depósito de fuegos artificiales en el mismo lugar y causó la detonación más devastadora (The Guardian, en inglés, 7 de agosto de 2020).
Podría haber fuegos artificiales involucrados en la tragedia, pero lo que ocurrió en Beirut, definitivamente, fue mucho más que el estallido de fosforitos, tumbarranchos o triquitraquis.
El viernes 7 de agosto, la teoría de un posible agente externo intencional (cohetes o bombas), fue deslizada por primera vez por el presidente del Líbano, Michel Aoun. Es decir, al menos según fuentes oficiales, no está totalmente descartada la posibilidad de un atentado terrorista.
Que el nitrato de amonio se depositara en la metrópolis libanesa sin las adecuadas medidas de seguridad puede atribuirse en parte, probablemente, a la profunda crisis institucional, económica y humanitaria que azota a la pequeña nación meditarránea, cuya capital fue llamada alguna vez la "París del Medio Oriente", antes de una devastadora guerra civil entre 1975 y 1990