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¿Hay un descenso de la mortalidad por COVID-19 en Venezuela tras el avance de la vacunación?

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Si nos guiamos por los boletines oficiales diarios del gobierno de Nicolás Maduro, se constata una leve disminución del promedio de muertes diarias por COVID-19 desde mayo hasta agosto de 2021. Sin embargo, estas estadísticas son puestas en duda por expertos independientes. Otra referencia extraoficial, los profesionales de salud fallecidos, también mostraban una disminución, aunque tampoco parece posible sacar conclusiones firmes sobre esa base. La opacidad informativa nos impide ver el panorama con claridad

Un efecto mensurable globalmente. Julio Castro, experto infectólogo y miembro de la mesa técnica multisectorial de vacunación instalada en febrero de 2021, indicó en sus redes sociales que, para el 16 de agosto de 2021, ya eran visibles los resultados de las campañas mundiales de vacunación contra COVID-19: una brecha creciente entre número de casos registrados y fallecimientos atribuibles a la enfermedad.

Es decir, aunque las vacunas aprobadas hasta ahora no parecerían tan eficaces para frenar los contagios, sí lo habrían sido para reducir los síntomas más graves y las muertes de pacientes

¿Es visible este efecto en Venezuela? Los pocos datos disponibles parecen arrojar una respuesta positiva. Pero un grueso cristalino nublado por vacíos oficiales, imprecisiones y dudas razonables —como en la enfermedad ocular de cataratas— impide llegar a resultados concluyentes.

Una o dos dosis de dudas

¿Cuántas personas se han vacunado exactamente en Venezuela hasta el 16 de agosto de 2021? Es uno de los misterios. Se podría tomar el 29 de mayo de 2021 como fecha de inicio de la llamada "vacunación masiva", en la narrativa gubernamental.

El medidor independiente Vacunómetro (que toma cifras oficiales de vacunación) contabilizaba 4.678.086 dosis de vacunas rusas o chinas aplicadas hasta el 17/08/2021. Pero no estaba claro cuántas personas habían recibido dos dosis, por lo que no podemos escalar automáticamente ese número a cantidad de habitantes "pinchados".

Si hiciéramos el ejercicio (impreciso) de imaginar que 4.678.086 dosis personas han recibido al menos una dosis en Venezuela (hasta el 17/08/2021), eso equivaldría a no más de 17% de la población, tomando como base unos 28 millones de habitantes debido a la crisis migratoria venezolana. La herramienta Vacunómetro eleva esa proporción a 21%, pero es que lo hace sobre la base de un porcentaje deseable de población inmunizada (70%).

Cabría preguntarse (como primera gran interrogante) si, con ese hipotético 17% de venezolanos con al menos una dosis, sería visible ya un impacto sobre el número de muertes por COVID-19.

¿Qué dicen las cifras de fallecidos?

El primer indicador que tenemos a mano son las propias cifras oficiales de contagios y fallecimientos por COVID-19, emitidas diariamente en las redes sociales de Freddy Ñáñez (ministro de información) y Delcy Rodríguez (vicepresidenta ejecutiva).

Nos limitaremos a las muertes del año 2021 y las discriminaremos por mes. Como los meses tienen distinto número de días y solo contamos hasta el 16 de agosto de 2021, estableceremos el promedio diario de cada mes.

Abril (534 fallecimientos) fue el mes de 2021 con mayor cantidad total de venezolanos fallecidos, seguido de mayo (510), junio (473), julio (472), marzo (258), agosto (224, pero contados solo hasta el día 16), enero (161) y febrero (155).

En cuanto a promedio diario de muertes por mes, desde el inicio de la "vacunación masiva" en mayo se ha observado una ligera tendencia a la baja en los meses siguientes: 15,77 en junio, 15,23 en julio y 14,00 en agosto.

Esto puede deberse (o no) al relativamente modesto avance de la vacunación. Pero también a un descenso en los contagios generales: junio (promedio diario de 1.284,90), julio (1.066,26) y agosto (886,81).

Una paradoja: si se superponen las curvas venezolanas de 2021 (promedio diario de contagios y muertes por mes), recordando que son escalas diferentes, se observa un comportamiento distinto al de la gráfica global mostrada por el doctor Julio Castro. Ambas magnitudes han tendido a descender hacia agosto de 2021, pero con un ritmo menor en el caso de muertes. Esto contradice el presunto efecto esperado con la vacunación: reducción de muertes, más que de contagios.

Si comparamos el promedio de contagios de abril con el de agosto, se obtiene un descenso de 28%. Si comparamos el promedio de muertes de abril con el de agosto, el descenso es solo de 21%. Lo que resulta, por lo menos, curioso.

Las cifras oficiales no son confiables

Pero las cifras oficiales —tanto de contagios como de muertes— han sido cuestionadas por expertos médicos independientes. Los fallecimientos han seguido un patrón sospechosamente estable y jamás han excedido los 22 por jornada (tope del 22 de abril de 2021), incluso en los supuestos "picos" de contagios, lo que difiere de los modelos matemáticos de otros países en pandemia.

"Desde un principio no se hablado con credibilidad. Hay opacidad en las cifras oficiales", declaró a EsPaja.com el epidemiólogo Andrés Barreto (17/08/2021). "El régimen (de Nicolás Maduro) hablaba mucho sobre las cantidades de pruebas diagnósticas que se estaban haciendo en el país. Ese es un indicador bueno para saber cuántos son los casos realmente positivos. Por lo menos teníamos una cierta cantidad de pruebas que nos podían permitir diagnosticar realmente lo que podría haber estado corriendo con la situación de la COVID. Con el pasar de los tiempos,  ya no se habla de las pruebas porque sencillamente pues han ido desapareciendo y le han dejado la responsabilidad a los pacientes que son los que tienen que ir a laboratorios privados (a hacerse los despistajes)".

Nota de redacción: según los registros de EsPaja.com, el 3 de abril de 2021 fue la última fecha en la que el ministro Freddy Ñánez notificó el número total de pruebas de detección de COVID-19 desde el inicio de la pandemia (3.359.103).

"Muchas veces, en los hospitales, tampoco se informa de que el caso sea positivo con diagnóstico en laboratorio privado, cuando el paciente regresa para llevar el resultado al médico tratante. Esto trae como consecuencia que haya un gran subregistro de casos que no están siendo diagnosticados. Y muchas personas tratan de no ir a los hospitales para evitar ser dejados bajo custodia. Las cifras oficiales realmente no reflejan lo que está ocurriendo en el país. Ni en incidencia (casos nuevos), prevalencia (casos totales) y mortalidad. El Ministerio (de Salud) ha asumido el criterio rígido: una prueba de PCR positivo del fallecido. En el país no hay tantos sitios donde realizar PCR. Lo mismo ocurre con las vacunas. No se puede medir impacto de vacunas sobre incidencia o mortalidad. Tampoco hay cifras de cuántos tienen esquemas incompletos (una dosis) y completos (dos dosis)", agregó Barreto.

¿Y los profesionales de salud?

Obtener un relato alternativo a las cifras oficiales se hace extremadamente difícil en Venezuela. Los expertos médicos pueden especular o proyectar, pero no mucho más, debido a la opacidad oficial sobre estadísticas vitales. No hay cifras gubermentales de mortalidad desde 2014, por lo que, al menos con los pelos en mano, no podríamos comparar el cálculo de exceso de mortalidad antes y después del inicio de la pandemia (2020).

Una de las pocas referencias (extraoficiales) con las que contamos las brinda la ONG Médicos Unidos Venezuela: publica balances periódicos de médicos y enfermeros fallecidos por COVID-19 o síntomas asociados.

Comparar profesionales sanitarios con la totalidad de la población es como equiparar vehiculos particulares con camiones de carga: ambas muestras tienen dimensiones y riesgos distintos ante la COVID-19. Pero cabría esperarse cierta correlación con las muertes generales, que de hecho existe.

Con un asterisco: Médicos Unidos Venezuela no presenta balances mensuales, sino semanales, y estos no siempre se publican de manera regular. Tampoco está claro el número de profesionales sanitarios fallecidos en un mes u otro, en el caso de las semanas "a caballo" entre dos meses.

Las cifras del siguiente gráfico son solo aproximados obtenidos por EsPaja.com a través del arqueo de la cuenta @MedicosUnidosVe a lo largo de 2021.   

De manera similar a las cifras oficiales de 2021, hay un pico de muertes de profesionales sanitarios en abril (102) y luego una tendencia al descenso.

Médicos Unidos Venezuela solo había publicado un balance en agosto hasta el lunes 16 (8 médicos y enfermeros fallecidos hasta el 10 de agosto). Si hiciéramos el ejercicio de proyectar esa cifra al resto del mes, tendríamos alrededor de 24 fallecidos en un mes, que arrojaría un total menor que en junio (83) y julio (31).

En teoría, a los médicos y enfermeros los trataron como sectores especialmente priorizados en el orden de vacunación, incluso aunque esta priorización fue cuestionada debido a un sesgo político. Cabría  esperar un descenso en las muertes de profesionales sanitarios tras la vacunación.

Pero nuevamente, el descenso podría deberse a otros motivos: el presunto bajón en los contagios (por causas no del todo claras, aunque fuera cierto) e incluso el hecho trágico de que quizás ya no puedan fallecer muchos otros médicos o enfermeros, pues se trata de un segmento laboral con déficit de personal

Conclusiones

Dos indicadores (uno oficial y otro extraoficial) apuntan a una tendencia a la baja de fallecimientos a partir de mayo de 2021 (inicio de la presunta "vacunación masiva"), tanto en la población general como en un segmento de características muy peculiares (profesionales de salud).

Sin embargo, el indicador oficial es calificado de opaco y poco realista por expertos médicos: se da por seguro un gran subregistro de casos y muertes. 

Establecer una correlación directa entre vacunación y descenso de muertes es aún más complicado. El porcentaje de vacunados (al menos de manera parcial, sin la pauta completa de dos dosis) seguía siendo siendo muy bajo hasta en el contexto latinoamericano y con numerosos vacíos de información, tanto entre habitantes generales como en los profesionales de salud.

El supuesto descenso de muertes tampoco puede atribuirse necesariamente a la administración de vacunas. Sería necesario un estudio con más datos para aproximarse con más certeza a tal conclusión.

Fotografía principal: vacunación en Los Dos Caminos (Gran Caracas), El Pitazo

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