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¿El uso prolongado de un tapabocas puede intoxicar a su usuario?

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Es falso. Las mascarillas faciales no generan hipoxia (deficiencia de oxígeno en la sangre) ni acumulan dióxido de carbono. Solo deben sustituirse o removerse cada cierto tiempo por motivos de higiene, más que de oxigenación

¿Peor la prevención que la enfermedad? Una publicación en redes sociales muy popular en los primeros días de mayo de 2020 indica lo siguiente:

"El uso prolongado de la mascarilla produce hipoxia. Respirar una y otra vez aire exhalado se convierte en dióxido de carbono, por eso nos sentimos mareados. Esto intoxica al usuario y mucho más cuando debe movilizarse, realizar acciones de desplazamiento. Provoca malestar, pérdida de reflejos y de pensamiento consciente. Genera gran cansancio. Además, la carencia de oxígeno produce descomposición de la glucosa y la subida peligra del ácido láctico. Algunas personas manejan su auto con el tapabocas, eso es muy peligroso, porque, el aire viciado puede hacer perder el conocimiento al conductor. Lo recomendable es usarlo sólo si tienes a alguien enfrente o muy cercano, y es importante recordar levantarlo cada 10 minutos para seguir sintiéndote saludable. Es contraproducente para las personas que atienden 8 horas al público, pues se están intoxicando sin saberlo".

Aunque su utilidad sigue siendo controvertida, la mascarilla facial (o tapabocas) es obligatoria en espacios públicos en Venezuela desde que se decretó el estado de alarma nacional por el coronavirus, úsese en su versión quirúrgica o elaborada en casa de manera artesanal. El utensilio mata-sonrisas —habitual en sociedades del Lejano Oriente— se ha ido imponiendo en más y más países occidentales como una de las medidas adicionales de prevención durante la pandemia de COVID-19. 

 

 

Empecemos por definir hipoxia, una palabra que no está en nuestro léxico diario, aunque no cuesta mucho inferir su significado: hipo (sufijo de origen griego que sugiere nivel inferior al habitual) y oxia, oxigenación. En efecto: hipoxia signfica disminución del suministro de oxígeno a un tejido, señala el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.

La publicación en redes sociales ofrece información falsa. Esta verificación de datos ha sido efectuada por unidades de investigación como Maldita.esAFP Factual y Cocuyo Chequea, que han llegado a la misma conclusión. 

"Esta publicación en redes sociales no tiene ni pies ni cabeza", indicó a EsPaja.com la neumonóloga venezolana Ana Araujo, del Grupo Médico Bucaral de Caracas. "Jamás me ha llegado reporte alguno de un paciente con dificultades para respirar por un tapabocas. Si alguien experimenta molestia al usarlo, podría tratarse de un componente más bien psicológico o de falta de costumbre. Le puedes preguntar a cirujanos u odontólogos que tienen que colocarse mascarillas durante largas horas. Que se sepa, ninguno ha experimentado síntomas de hipoxia", agregó Araujo.    

"El uso de mascarillas no es precisamente cómodo. Puede causar molestia o picazón, sobre todo si se trata de materiales caseros, incluso secreciones nasales y estornudos. Pero flujo menor de oxígeno, nunca se ha visto. La cantidad de oxígeno que deja pasar es suficiente para respirar, de hecho hay cirujanos que las emplean durante períodos súper prolongados. De verdad esto no tiene basamento ni asidero", corroboró la alergóloga Claudia González Arnal, de la Policlínica Americana de Caracas.  

“Es imposible que (los tapabocas) generen hipoxia. Para eso, tendría que ser una mascarilla sellada en toda nuestra piel. Lo que limita las mascarillas es el paso de moléculas más grandes. Las mascarillas sí permiten el intercambio de aire, y en el espacio que queda entre el cubrebocas y la cara no se acumula dióxido de carbono", señaló Emilio Herrera, académico del programa de Fisiopatología de la Universidad de Chile y experto en hipoxia, para la nota de AFP Factual.

"Los tejidos utilizados dejan pasar el gas y el oxígeno es un gas. Respiramos oxígeno mezclado con nitrógeno y espiramos CO2, que también es un gas. Una mascarilla funciona filtrando partículas, no gases. Para eso hacen falta dispositivos o máscaras antigas, no mascarillas”, explicó María Elisa Calle, experta en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad Complutense de Madrid, a Maldita.es.

Sí es cierto que las mascarillas quirúrgicas desechables —como la célebre N95— no deben usarse por demasiadas horas seguidas. Pero el motivo de esto es higiénico, no para prevenir una intoxicacion. “La vida de una mascarilla no da más de siete horas porque ya ha estado mucho tiempo expuesta al virus y pierde su efectividad”, advirtió Claudio Méndez, profesor de Políticas de Salud de la Universidad Austral de Chile, también a AFP Factual.

No es recomendable quitarse el tapabocas en la calle cada 10 minutos, como señala la publicación de redes sociales, pues cada contacto manos-utensilio facial (sobre todo si las primeras no han podido asearse con agua y jabón) incrementa las probabilidades de un contagio, añadió Méndez.

 

Foto de portada: Pedro Rances Mattey, El Estímulo

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