A nuestro WhatsApp llegó un video de Elizabeth Torres, exdelegada congresional de Puerto Rico en la Cámara de Representantes del Congreso de los EEUU, en el que alega que las vacunas contra el COVID-19 generan efectos secundarios en el organismo: esterilidad, desarrollo de enfermedades autoinmunes, como cáncer, e incluso la muerte.
Nuestros usuarios nos pidieron verificar si es cierto que Torres fue hallada muerta tras divulgar sus posturas antivacunas. La respuesta es no. La noticia sobre su supuesto fallecimiento es falsa.
De acuerdo con una verificación hecha por La República, el video es de marzo de 2022 y fue compartido más de 14.000 veces, recibió más de 5.900 reacciones y más de 2.100 comentarios. Como indica la misma Torres en la grabación, Facebook eliminó el material.
Desde entonces, la exdelegada se mantiene activa en sus redes sociales. Su publicación más reciente en Instagram es del 9 de enero de este año, mientras que en X (Twitter) compartió el 11 de enero información sobre el posible regreso del uso obligatorio de las mascarillas. "¿Preparando el terreno para la nueva fase de esclavitud e interferencia eleccionaria?", escribió.
Los falsos riesgos de la vacunación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que las vacunas salvan cada año millones de vidas. Su función es entrenar y preparar a las defensas naturales del organismo ―el sistema inmunológico―, de modo que si el cuerpo se ve posteriormente expuesto a patógenos, estará listo para destruirlos de inmediato, previniendo así la enfermedad grave.
Varias de las afirmaciones dichas por Elizabeth Torres carecen de sustento científico y también han sido desmentidas por medios verificadores, entre ellos EsPaja.com.
No es cierto, por ejemplo, que las vacunas generan actividad magnética en el brazo que recibe la inyección. Aunque algunas vacunas contienen sales de aluminio, estas son muy inferiores (menos del 1%) a las que, de forma natural, tienen los alimentos que consumimos habitualmente. En el hipotético caso de que las vacunas tuvieran elementos químicos o materiales con propiedades magnéticas, estos serían distribuidos por el cuerpo y no se quedarían concentrados en la zona del pinchazo, por lo que el imán no se sostendría en la piel.
Tampoco es verdad que los vacunados son más propensos a desarrollar enfermedades autoinmunes. La médico hematólogo María Alejandra Torres explicó en el el foro virtual Inmunizando contra la desinformación, preguntas y respuestas: vacunas COVID-19, celebrado en 2021, que la vacuna no produce enfermedad, sino que da información para que el cuerpo elabore un mecanismo de defensa, ya que este este tipo de pacientes tiene una menor capacidad de generar una respuesta rápida y eficiente si se contagian.
Respecto a la relación entre las vacunas y el riesgo de trombosis, si bien es cierto que varios países limitaron el uso de las vacunas de AstraZeneca-Oxford y Johnson & Johnson en 2021 por este motivo, la incidencia era extremadamente baja. Como reportamos en EsPaja.com luego de consultar a expertas en salud: este efecto secundario es mucho más frecuente en medicamentos cotidianos como los anticonceptivos.
Igualmente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tampoco tienen evidencia de que alguna vacuna, incluidas las vacunas contra el COVID-19, cause problemas de fertilidad (problemas para intentar concebir) en mujeres o en hombres.
Sobre la incidencia de las vacunas en la menstruación, algunas mujeres reportaron retraso en sus periodos, cólicos y sangrado más abundante de lo usual luego de haber recibido la inyección. Según estudios publicados en las revistas científicas Obstetrics and Gynecology y British Journal of Obstetrics and Gynaecology, las vacunas contra el COVID-19 pueden provocar cambios en el ciclo menstrual. Pero los cambios son pequeños, transitorios y no tienen efectos en la fertilidad.