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¿Artículo de The Wall Street Journal asegura que la BCG funciona contra el coronavirus?

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Es cierto que tanto un artículo de The Wall Street Journal —que trata sobre Venezuela— como un estudio científico en Nueva York vinculan la aplicación masiva de la vacuna BCG con una posible mejor respuesta inmunológica al coronavirus. Pero al menos hasta comienzos de abril de 2020 eran solo conclusiones preliminares

“Chúpense esa mandarina, familia… Para algo de tranquilidad (...), esto salió hoy en el Wall Street Journal y serían muy buenas noticias para Venezuela. La vacuna contra la tuberculosis Bacillus Calmette-Guérin funciona contra el coronavirus y Venezuela tendría muy pocos casos de COVID-19”, se lee en un mensaje anónimo reenviado en la plataforma WhatsApp el 9 de abril al equipo de EsPaja.com para su verificación.

 

 

La publicación del diario estadounidense The Wall Street Journal a la que hace referencia el mensaje de WhatsApp existe. Se trata de un artículo de opinión firmado el 5 de abril de 2020 por la periodista Mary Anastasia O’Grady cuyo tema principal, en realidad, es la alarmante escasez de gasolina en Venezuela en coincidencia con la emergencia nacional por la pandemia de la enfermedad COVID-19. De hecho, la columna se titula No Gasoline in Venezuela (“Sin gasolina en Venezuela”). El texto original en inglés está disponible en esta dirección (requiere suscripción paga) y el portal venezolano La Patilla ofrece una versión en español.

En ningún momento, el artículo de O’Grady asegura la funcionalidad de la BCG frente al COVID-19, sino que la autora hace referencia a un estudio estadístico aún en proceso de revisión, para señalar que Venezuela tendría una ligera posibilidad de "mitigar" el impacto de la pandemia, en vista de que la BCG fue y sigue siendo una vacuna de aplicación obligatoria.

"Investigadores del Colegio de Medicina Osteopática del Instituto de Tecnología de Nueva York informan que una vacuna utilizada durante mucho tiempo contra la tuberculosis puede mitigar los efectos de Covid-19, reduciendo su tasa de mortalidad.", dice el artículo.

 

 

Como entrada de su texto, efectivamente Mary Anastasia O’Grady hace mención a un estudio preliminar real de seis científicos del Colegio de Medicina Osteopática del Instituto de Tecnología de Nueva York. El estudio (hecho público el 28 de marzo de 2020) encontró una correlación entre países que han emprendido campañas prolongadas y sistemáticas de vacunación contra la tuberculosis —como Venezuela— y una baja mortalidad ante el impacto de la COVID-19.

El PDF original del estudio (en inglés) está disponible en esta dirección. No es la única investigación científica que ha llegado a conclusiones similares, pues una investigación de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins halló una relación —hasta ahora simplemente teórica— entre vacunación con BCG y una posible mejor respuesta inmunológica ante el coronavirus.

Afirmar que “la vacuna contra la tuberculosis Bacillus Calmette-Guérin funciona contra el coronavirus”, como se lee en el mensaje anónimo de WhatsApp, es una manipulación de hechos reales. Hasta ahora se trata solamente de una conclusión preliminar, que presume que vacunas como la BCG podrían “entrenar” al sistema inmunológico humano para ofrecer una mejor respuesta ante otros agentes patógenos que ocasionan enfermedades respiratorias, si bien la tuberculosis es provocada por una bacteria y la COVID-19 por un virus.

La correlación sugiere que la BCG podría conferir una protección prolongada contra la actual cepa de coronavirus. Pruebas aleatorias con grupos aleatorios usando la vacuna BCG son requeridas para determinar cuán rápido se desarrolla la respuesta inmunológica que protege contra la COVID-19”, se señala claramente en la sección final del estudio, que por el momento no ha saltado del análisis de estadísticas a las pruebas en laboratorios.

¿La tragedia que Italia pudo evitar?

Numerosos tratamientos experimentales y posibles vacunas se han anunciado desde la detección de la nueva pandemia a finales de 2019, pero el desarrollo de medicamentos para humanos a través del método científico requiere largos períodos de ensayos y errores.  

La investigación del Instituto de Tecnología de Nueva York no hace mención alguna a Venezuela, pero cita casos como el de Italia y Dinamarca. En el primer país europeo nunca se ha hecho una aplicación universal en recién nacidos de la vacuna contra la tuberculosis (denominada Bacillus Calmette-Guérin o BCG). Confirmó su primer positivo por coronavirus SARS-CoV-2 el 31 de enero de 2020 y ha registrado 18.849 muertes por COVID-19 hasta el viernes 10 de abril de 2020, según el mapa interactivo de la Universidad Johns Hopkins. Dinamarca emprendió una vacunación masiva de BCG durante 40 años (1946-1986). El coronavirus entró oficialmente a la nación escandinava el 27 de febrero de 2020 y suma 247 personas fallecidas por la pandemia. 

 

De la página web BCG World Atlas: en verde claro, países que siguen aplicando de manera masiva la vacuna anti-tuberculosis; en verde oscuro, los que solo la recomiendan para grupos muy específicos; en morado, los que tuvieron campañas de vacunación en el pasado y ya dejaron de efectuarlas

 

Venezuela es uno de los países latinoamericanos que, a partir de la década de los años 50 y durante el establecimiento de la democracia, emprendió campañas masivas de vacunación con BCG en recién nacidos, aunque los casos de tuberculosis tuvieron un repunte de 88% entre 2014 y 2019, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.

Hasta el jueves 9 de abril de 2020 es uno de los países hispanoparlantes de la región con menos fallecidos por COVID-19 (9, según los datos oficiales), junto con Bolivia (19), Cuba (15), Uruguay (7), Paraguay (6), El Salvador (6), Costa Rica (3), Guatemala (3) y Nicaragua (1), aunque solo se confirmaron positivos por coronavirus en Venezuela desde el 13 de marzo.

El mensaje anónimo de WhatsApp es una manipulación, pues aunque se basa en un artículo de opinión de The Wall Street Journal y un estudio científico que son verdaderos, se trata todavía de una investigación en fase preliminar, cuyas conclusiones no pueden tomarse como definitivas.

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