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¿Es tan importante el porcentaje de eficacia que muestran las vacunas contra COVID-19?

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Te lo explico: la eficacia de una vacuna (frecuentemente mal llamada efectividad) se obtiene en ensayos clínicos y no mide realmente la protección de un paciente individual expuesto a la enfermedad. Es casi imposible comparar la eficacia de las vacunas ya aprobadas, pues sus ensayos se hicieron en contextos y etapas distintas de la pandemia

La mía es más eficaz que la tuya: la carrera para conseguir las vacunas para COVID-19 no está esterilizada ante pugnas geopolíticas. En ocasiones, el porcentaje de eficacia que acompaña a los productos farmacéuticos contra la pandemia también ha sido usado como arma arrojadiza.

Un ejemplo de ello fue una alocución de Nicolás Maduro el 10 de noviembre de 2020, en la que comparó la Sputnik V (fabricada en Rusia, una aliada suya) con la vacuna estadounidense de Pfizer:

"Quiero alertarlo, hubo un cambio ayer. Todos los grandes medios televisivos de EEUU y Europa empezaron a informar que la vacuna de Pfizer daba un resultado efectivo de 90% (...) Subieron las acciones en las bolsas (...). Lo que yo me pregunto: si es un 90%, ¿que pasa con el 10% de no efectividad? (...) Rusia tiene una vacuna súper avanzada (...): cuando ellos dan noticia de que la vacuna tiene 100% de efectividad, hay silencio en los medios occidentales".

De entrada, la información fue manejada con ligereza por Maduro y ambas cifras son falsas: la vacuna aprobada de Pfizer (BNT162b2) mostró 95% de eficacia (en realidad la palabra adecuada) en sus ensayos clínicos de fase III, y la Sputnik V (Gam-COVID-Vac), 91,6% de eficacia en estudios publicados en The Lancet en febrero de 2021.

Es prácticamente imposible que cualquier fármaco muestre "100% de efectividad", como ya ha lanzado al vuelo el gobernante venezolano en otras ocasiones sobre productos herbales (Carvativir) desaconsejados por la Academia de Medicina nacional.

¿Pero es tan importante realmente este porcentaje de eficacia? ¿Podemos concluir, a partir de la información anterior, que la vacuna Pfizer es superior a la Sputnik? Recientes investigaciones y "explainers" publicados en medios internacionales relativizan esta cifra.

¿Pfizer (95% de eficacia) "mata la partida" ante todas las demás vacunas? No tan rápido. Gráfico: video de Vox Media

 

No se trata de una carrera para ver quién saca la nota más alta. Al final, todas las vacunas aprobadas globalmente durante la pandemia (13 hasta abril de 2021) cumplen bastante bien la tarea: disminuir considerablemente casos graves y desenlaces fatales por COVID-19.

¿Qué es la eficacia y la efectividad en una vacuna?

En el idioma castellano, se suele decir que la eficacia es conseguir un objetivo (por cualquier medio) y la efectividad (o eficiencia) es hacerlo con la mayor economía y precisión posibles. Por ejemplo, matar un zancudo con una bomba atómica es eficaz, pero no efectivo.

En la jerga de la vacunación, el significado es ligeramente diferente. Lo explica el New York Times (4 de febrero de 2021):

La eficacia y la efectividad están relacionadas entre sí, pero no son lo mismo. Y los expertos en vacunas dicen que es crucial no confundirlas. La eficacia es solo una medida realizada durante un ensayo clínico. “La efectividad es lo bien que funciona la vacuna en el mundo real”, afirma Naor Bar-Zeev, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.

Hay que aclarar que, en las traducciones de un idioma a otro, es frecuente que eficacia y efectividad se confundan, se usen como sinónimos o incluso se intercambien. 

¿Cómo se obtiene la eficacia de una vacuna en la fase de ensayos clínicos?

La fase III es la última antes de que un fármaco sea aprobado por un gobierno. Contrariamente a lo que se piensa, que una vacuna como Pfizer tenga 95% de eficacia en esos ensayos no quiere decir que, de cada 100 vacunados, 95 jamás se enfermarán

Es un poco más complejo. Y la explicación puede resultar ligeramente decepcionante si se tienen esas expectativas. "La lógica fundamental que subyace a los ensayos de vacunas actuales fue elaborada por los estadísticos hace más de un siglo", advirtió The New York Times.

Por ejemplo, Pfizer empleó 43.661 voluntarios en su ensayo. De ellos, 170 dieron luego positivo por COVID-19. 162 habían sido pinchados con el placebo (vacuna de "mentira") y 8 con el producto real. Se divide 8 entre 170 y eso nos da 4,7%, redondeado a 5%. De allí se obtiene la eficacia de la vacuna Pfizer: 95%. Es un cálculo que compara resultados en voluntarios vacunados versus voluntarios con placebo. No la eficacia que tendrá la vacuna en una persona aislada. 

Lo aclaró también El País de España (13 de abril de 2021):  

En estos ensayos los participantes se dividen en dos grupos: a uno se le inocula el fármaco y a otro un placebo (falso fármaco). Son experimentos con decenas de miles de personas a las que se les hace un seguimiento para comprobar cuántas de ellas se infectan con el SARS-CoV-2. Si 10% de los sujetos infectados estaban en el grupo vacunado y 90% en el placebo, quiere decir que la vacuna tiene una eficacia de 90%.

Sin embargo, los ensayos de las diferentes vacunas se hicieron en fases distintas de la pandemia, e incluso en contextos diferentes. "La vacuna de Johnson & Johnson (también llamada Janssen, con 66% de eficacia en ensayos), por ejemplo, se experimentó cuando ya estaban circulando las variantes sudafricana y británica, más contagiosas y aparentemente más resistentes a las vacunas, algo que no sucedía cuando Pfizer y Moderna realizaron sus ensayos clínicos", explicó El País.

Aunque se exhiba en idioma inglés, este video del medio Vox (no confundir con el partido de ultraderecha español) lo grafica de manera inmejorable:

En un audio didáctico grabado para EsPaja.com, el virólogo José Esparza señaló que los resultados de vacunas anti-Covid que conocemos hasta ahora se refieren sobre todo a ensayos clínicos (eficacia). Solo con el paso de tiempo se podrá evaluar adecuadamente la efectividad, es decir, el comportamiento de cada vacuna en el escenario real de la emergencia sanitaria.   

¿Pueden compararse unas vacunas con otras?

Es muy complicado, indica El País de España.

¿Se puede comparar la eficacia de las vacunas? No. Para eso sería necesario realizar un solo experimento con todas las vacunas aplicando a cada grupo una vacuna y después comprobar qué porcentaje de infectados hay en cada uno. Pero no se ha hecho así: es algo prácticamente imposible y poco práctico en las circunstancias actuales. Cada experimento tenía un diseño propio, un contexto diferente de población y distintas variantes del virus circulando. Se han estudiado en momentos y lugares diferentes, por lo tanto no son porcentajes comparables.

¿La eficacia tiene relación con la tasa de mortalidad?

No, y es una de las buenas noticias de las vacunas aprobadas contra COVID-19, incluso con el escenario de las nuevas variantes detectadas en el coronavirus SARS-CoV-2. Las mediciones de eficacia se refieren al número de contagios analizados en una muestra cerrada (personas que recibieron vacunas y placebos). 

En cuanto a las muertes evitadas entre vacunados, señaló el reportaje de El País: "Todas las vacunas que ya están desplegándose tienen muy altos porcentajes a la hora de evitar la enfermedad grave, ingresar en la UCI (unidades de cuidados intensivos) y morir. Se desconoce cuánto dura esta inmunidad, algo que solo dirá el tiempo".

Un estudio sobre la inmunización efectuado en residencias de adultos mayores en España reflejó que los decesos se redujeron 99,7% comparando la primera semana de abril con enero de 2021.

Las vacunas parecen funcionar para evitar muertes por COVID-19 entre los más vulnerables. El desafío siguiente es aplicar planes efectivos de distribución y aplicación de las vacunas existentes. En Venezuela, hasta abril de 2021, la meta no se había cumplido, en medio de anuncios poco transparentes, promesas incumplidas y politización de un tema estrictamente sanitario y científico. 

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